Eran pasadas de las cuatro, estaba sentado sin nada qué hacer en la incolora silla verde mientras jugaba con las puntas de mis zapatos, decir que estaba aburrido era poco.
—Gracias por el sandwich. —bufó Jellal en la misma situación que yo.
—Lucy me dijo que trajera, no me lo agradezcas. —me limité a contestar y me empeñé por no ver como de su frente salía un hilo de sangre.
Seguí jugando a tallar las puntas de mi zapatos en el reluciente suelo, cuando a la sala de espera se asoma la cabellera rubia de Lucy.
—Ya pueden pasar a verlo, está estable. —anunció y antes de que se sentara en el banco que se situaba a sus pies, me levanté para consolarla. En cuanto estiré mis brazos para que enfundara en ellos, rompió en llanto y corrió hasta donde me encontraba.
—Tú misma lo has dicho; está estable, ya no hay porque llorar. —susurré en su oído mientras dejaba que mis brazos sirvieran como el apoyo que necesitaba.
—Tiene varios raspones y se recuperará en unos meses, sé que lo hará pero no soporto verlo de esa manera. —correspondió a mi abrazo y descansó su rostro en mi pecho, al parecer ya no lloraba.
—¿Podrás esperar en lo que entro a verlo? —pregunté después de unos segundos y ella no muy convencida se separó de mi para al final asentir con la mirada irritada.
La acompañé hasta la silla donde minutos atrás estaba sentado y dejé que se acomodara antes de partir junto a Jellal en busca de Sting.
El pasillo pareció encogerse y de un momento a otro la puerta donde Sting se encontraba apareció en nuestro campo de visión. Con el permiso de la enfermera que nos acompañaba entramos y en efectivo; no era nada grave, sólo algunos raspones teñían el rostro del rubio y unos que otros sobresalían de las vendas que rodeaban el cuerpo del chico.
—No esperaba verlos por aquí. —nos recibió y por alguna manera, sentí como mi cuerpo perdía tensión al verlo sonreír, al ver cómo más allá del dolor se empeñaba por decirnos que todo estaba bien.
—Te ves bien. —le dije y reí.
—¿Ya ves como los papeles se intercambian? Ahora eres tú quien me mira mientras yo estoy en una camilla. —respondió y supe que se refería al hecho de cuando él fue quien acudió a auxiliarme después de mi meñique dislocado.
—Pero yo podía conseguir chicas aún si no tuviera dedos y tú... estás acabado. —me reí en su cara y se molestó.
—Hace un rato dijiste que que me veía bien.
—Era para consolarte.
—¿Con quién se quedó Lucy? —preguntó de la nada y en un segundo su enojo cesó.
—Está afuera. —respondió Jellal, quien no había dirigido palabra con Sting por el momento.
—Sal con ella, debo hablar con Natsu. —dijo Sting y en un segundo Jellal había desaparecido, ahora, su mirada de remordimiento caía sobre mí, algo pasaba.
—¿Sucede algo? —pregunté y él negó.
—¿Cómo van las cosas con Lucy? —preguntó de regreso y se movió en la camilla.
—Muy bien. —respondí sin cuidado y él me interrogó curioso—. Estamos progresando.
—Me alegra oír eso.
—¿Para eso sacaste a Jellal de la habitación?
—No, solamente quería que se fuera.
—Pensé que eran amigos. —dije y él negó divertido, parecía que mi respuesta le hacía gracia.
—Salía con su hermana hace unos meses, sólo eso. —respondió y se ganó mi seriedad al instante.
Sting. Gray. Juvia.
Aunque no quisiera, la chica estaba haciendo que volviera a los viejos tiempos; Gray se estaba acostando con las profesoras, Sting parecía volver a convertirse en mi amigo y yo me estaba volviendo a cuestionar si darme otra oportunidad con alguien era lo correcto.
¿Por qué dejaba que ella ocasionara todo esto en mí?
—Yo también salía con ella. —admití y él con la mirada interrogante me alentó a que siguiera relatando los hechos—. Tenía quince, era un estúpido.
—Aun lo eres, Dragneel. Eso me preocupa.
—¿Por Lucy? Sigo pensando si esto es lo correcto. No te preocupes, no la dañaría. —respondí y él volvió a negar divertido.
—Tal vez no sea el más indicado para decirtelo, pero la vas a echar de menos cuando no sea tuya, cuando la veas de la mano con otro, cuando sus "te quiero" ya no sean para ti, cuando sepas que nada volverá a ser como antes, cuando recuerdes sus caricias, sus besos, sus abrazos; esos que te hacían sentir especial. Cuando veas que le va bien con otra persona, cuando pasen los días y no sepas nada de ella. Ahora dime, ¿estás dispuesto a perderla? —se volvió a mi y por primera vez le di la razón.
Ese era el problema. Sting con sólo escuchar mis penas y las de Lucy había comprendido con exactitud nuestra situación y parecía entenderla mejor que nosotros mismos.
—No sé si esté dispuesto, pero lo haría. Mírala; estaba mejor antes de que apareciera en su vida. No quiero que desperdicie su tiempo en mi porque no lo valgo, al final el resultado será el mismo y no terminaremos juntos, ya sea por ella o por mi. La conozco y me conozco, sé que al final alguien se hartará del otro. Yo lo sé...
—Y entonces te darás cuenta de que la perdiste. —me interrumpió—. Que nada volverá a ser igual. Te darás cuenta de que sólo ella estaba ahí cuando necesitabas a alguien, que ahora estás solo. Y cuando eso pase querrás ir por ella. Te arrepentirás y llorarás su pérdida. Querrás arreglar las cosas, y cuando estés a punto de disculparte, verás sus ojos. En sus ojos habrá indiferencia, ya no te mirará de la misma manera. Entonces ahí sabrás que la perdiste para siempre, que no importa lo que hagas, ella no volverá por ti como estabas acostumbrado, ya no. Te aferrarás al pasado, recordando todos los momentos en que fuiste un imbécil, y la echarás de menos cuando ella te olvide mientras se convierte en tu mejor recuerdo. —volvió a verme de manera plácida. Al parecer él hallaba un poco de cordura a la hora de reprenderme y me gustaba ese gesto de él, apoyaba mi relación con Lucy.
—Gracias, amigo.
—No me llames amigo, imbécil. Ve por Lucy. —vociferó y di por entendido que mi tiempo con él había terminado.
Salí de la habitación y caminé hasta la sala de espera pretendiendo confesarle a Lucy que estaba totalmente de acuerdo con empezar algo, de verdad se lo iba a confesar, estaba decidido, pero apareció ella a mitad de camino arruinando todos mis planes por completo:
—Natsu Dragneel, ¿qué te trae por aquí?
Hola, les debo una disculpa por el retraso pero ya resolví todo. Ya me pondré al corriente con esta historia y con las demás para que disfruten leyéndome.
También vengo a avisaros que la drama principal está a la vuelta de la esquina y que en unos capítulos más (no tengo muy bien en claro cuántos) aparecerá el final de esta pequeña novela.
Bye, bye.
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Enamorando al Amor.
FanfictionUn hombre dentro de cada cien generaciones recibirá el privilegio de poder enamorar al amor. ¿Ridículo, no? Un típico cuento de hadas. Pues no es así. Aquí en la preparatoria se manifiesta de diferente forma. Aquí el más fuerte es quien tiene el po...