Les aviso que este capítulo tendrá lemmond, porque yo sé que quieren leerlo. Los que son sensibles a escenas fuertes, abstenganse de leer. Sin embargo, colocaré un asterisco grande cuando el sexo empiece y colocaré otro ya que acabe, para que se brinquen ese pedazo sin necesidad de perderse de cosas importantes.
... Ya habían pasado diez días.
Después de todo, si habíamos congeniado la rubia y yo. Por alguna razón ya no me incomodaba el mostrar cualquier tipo de afecto en público y era más liberal en cuanto a lo que sentía. Podía salir con ella a la cafetería y no me molestaba el pasar amigablemente mi brazo por sus hombros, o el despedirme fugazmente con un beso en la mejilla, sin embargo, por el momento aún no le había dado una respuesta clara en cuanto a intentarlo de manera oficial y todo apuntaba a que no lo haría.
—Natsu, no has salido del auto. —me despertó Lucy antes de sacudirme desde la ventanilla.
También había olvidado mencionar que el auto que mi padre me regaló había llegado la semana pasado y era espectacular. Era un reluciente deportivo negro que destacaba el emblema Porsche en el capote del carro, me había sentado de maravilla y mi padre por primera vez había considerado que ya era un poco mayor para andar deambulando por las calles.
—¡Dragneel! —gritó Lucy y esta vez su agarre en mi hombro fue más fuerte.
Volví a la realidad en un instante y me apresuré a salir del auto para encaminarme junto a la rubia después de cerrarlo hasta el exterior del estacionamiento donde tendríamos nuestra quinta cita-no cita.
—Le prometí a tu madre que te llevaría a casa antes de las doce. —le dije y reímos, ambos sabíamos que llegaría mucho antes de las doce.
—Conociendo tu nivel de romanticismo, supongo que sólo veremos una película. —me respondió y después se abrazó a mi brazo.
Reprimiendo una sonrisa la alejé del rumbo que ella tomaba de la gran plaza y la guíe hasta la que sería nuestra cita, ella en realidad no sabía nada de lo que tenía planeado.
Lucy me siguió ciegamente y después de un minuto llegamos al elegante restaurante en el que había hecho una reservación desde hace dos días.
—Esto no es ni la mitad de lo romántico que soy. —le dije y causé que sonriera.
Como la pareja que aparentábamos ser, entramos a el gran restaurante que habitaba todo el primer piso del lujoso hotel de la ciudad y rápidamente fuimos atendidos por un viejo hombre que se enfundaba en un impecable traje negro.
—Sean bienvenidos al Schloss Schauenstein. ¿Tienen alguna reservación para entrar en esta sección o requieren de alguna mesa clásica? —preguntó el anciano con una voz tan gruesa que pareció raspar mis oídos.
—Tenemos una reservación a nombre de Igneel Dragneel. —respondí y el hombre sin cuidado alguno nos escaneó a Lucy y a mi de pies a cabeza.
—Perdón que lo diga, pero usted no parece ser Igneel...
—Soy su hijo. —lo interrumpí y él ojeó las docenas de nombres en su pequeña libreta y suspiró cuando encontró el nombre de mi padre.
—Cuando se trata de este tipo de personas, mayormente estamos obligados a...
—Lo sé, mi identificación. —volví a interrumpirlo y saqué mi identificación en un segundo—. También podría hablarle a mi padre si lo desea. —dije y él negó cuando revisó efusivamente mi nombre en la tarjeta.
—Con eso está bien, joven Dragneel. —se pusó recto—. Que disfrute de su cena, en unos segundos alguien vendrá a asignarle su mesa. —terminó y justo como lo hizo, llegó otro hombre más joven que con una sonrisa nos guió hasta una mesa pegada a los vitrales que daban una hermosa vista a el pequeño lago que corría detrás de la gran plaza.
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Enamorando al Amor.
FanfictionUn hombre dentro de cada cien generaciones recibirá el privilegio de poder enamorar al amor. ¿Ridículo, no? Un típico cuento de hadas. Pues no es así. Aquí en la preparatoria se manifiesta de diferente forma. Aquí el más fuerte es quien tiene el po...