F e e l i n g s [KuroKen] (Pausada)

LevYaku

Yaku se encontraba de camino a su casa, se había despedido de todos los miembros del equipo de Nekoma. Aun que no lo demostrara, estaba realmente feliz de haber podido solucionar el mal entendido con Lev. Sin embargo, hay algo que lo dejó medio pensativo. El libero comenzó a recordar el día en que tuvieron que quedarse en las aguas termales.

--Flashback—

-¡Yaku-san! ¡Yaku-san! –Gritaba el albino.

-¿Puedes dejar de gritar mi nombre? –Habló un tanto enojado el pequeño -¿Qué quieres de todas formas?

-¿Eh? Pero si tu nombre es realmente lindo –Sonrió Lev inocentemente.

Yaku se sonrojó -¿Qué quieres? –Habló más enfadado.

-Durmamos juntos hoy, ¿Si? –Sonrió nuevamente.

-¡¿Eh?! –Yaku quedó paralizado -¿Por qué conmigo?

-Es que nadie más quiere compartir un futón conmigo, según ellos porque soy muy grande y les quitaré todo el espacio... –Respondió cabizbajo – Y como tú eres pequeño, pensé...

-¿A quién llamas pequeño? –Yaku le pego una patada a Lev -¿Quién te hizo pensar que querría compartir futón contigo?

Lev agachó la cabeza por ese comentario.

-Tienes razón. Si los demás no quisieron, tú menos...

El albino comenzó a caminar sin ningún rumbo aparente, solo comenzó a caminar a donde le llevaran sus pies.

Al poco rato Yaku comenzó a sentirse culpable, ¿realmente lo había tratado tan mal? Por supuesto que quería compartir el futón con Lev, es solo que no quería aceptarlo. Empezó a buscar a Lev con la mirada, pero no hubo resultados. Lev se había marchado, pero no sabía a dónde.

.

.

.

Cada vez se acercaba más la hora de ir a dormir y Yaku seguía sin encontrar a Lev. Decidió preguntarle a sus compañeros de equipo. Estos no tardaron en decir que habían visto al titán paseándose por el pasillo del patio como alma en pena. Yaku rápidamente busco dicho pasillo. Al salir, por supuesto, estaba mojado, pues estaba lloviendo. Eso no le importó y comenzó a correr a través del largo pasillo.

-¡Lev! –Gritó en cuanto lo divisó sentado a un costado.

Al albino se le iluminaron los ojos en cuanto vio al libero.

-Yaku-san... -Agachó la cabeza -¿Vienes a gritarme de nuevo?

-¿Qué haces acá idiota? Ya es hora de ir a la cama y tú estás todo mojado –Comenzó a soltar - ¿Crees que te admitiría en mi futón así de empapado? Será mejor que vayas dentro y te seques...

-Pensé que no compartirías tu futón...

-No podía dejarte sin un lugar donde dormir... A-A demás hace mucho frio... -Se excusó.

-Podría ser... ¿Estabas preocupado por mi? –Lev hizo un puchero –Mira, tú también estas todo mojado.

-Ya estas bastante grandecito para que me preocupe por ti... -Yaku se sonrojó –Solo date prisa y entra – Comenzó a caminar hacía la entrada.

Como si de un perrito se tratase, Lev comenzó a seguir a Yaku con una gran sonrisa.

.