CAPITULO 6.

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No podía dejar de pensar en ella. La sangre me hervía tan solo de imaginarla con Ivan. Tania significaba mucho para mi y ese imbécil me la estaba quitando. Fui un idiota al haberle dicho todas esas cosas, pero algo dentro de mi no me permitió poder decirle que ella también me importaba.

Una cita, Ivan no dejaba de decirlo y yo tenia que tragarme la bilis que me subía por la garganta. Me despedí de Fabián y lo deje con su amigo, ya había oído suficiente, no quería saber nada más. Llevaba más de una semana sin verla. Ya no iba a casa de Fabián y yo tampoco a la secundaria. Mi celular vibro interrumpiendo mis pensamientos. Puse los ojos en blanco al ver el nombre de Ivan en la pantalla.

- ¿Qué quieres? - dije un poco brusco.

- Hablar contigo - me acababa de ver y no me dijo nada. Y como si me leyera el pensamiento agrego - se que nos acabamos de ver, pero estaba Fabián y estoy seguro de que no querías que él oyera nuestra charla ¿o si? - suspire, obvio que no quería.

- Ok nos vemos mañana.

- Mejor el Lunes ¿te parece? - fruncí el ceño.

- No, el Lunes tengo cosas que hacer - el no me iba a decir que día si y que día no, estaba idiota.

- Yo no puedo mañana, saldré con Tania - sabia que estaba sonriendo. La rabia se adueño de mi, solo para eso me había llamado, para restregarme por enésima vez su cita con ella.

- Pues cuando yo pueda te aviso - le dije y colgué. Ya no lo soportaba, quería romperle la cara. Era un maldito bastardo. Intente relajarme pero me era imposible, detestaba sentirme así. Detestaba a Tania, esa niña solo vino a cambiar mi vida. Ojala nunca se hubiera cruzado por mi camino. Retiro lo dicho.

Antes de llegar a mi casa me encontré a Carina, llevaba una falda muy provocativa. Le cubría solo la mitad del muslo y como siempre su escote dejaba a la vista su generoso busto. Sin embargo algo había cambiado, por primera vez en mucho tiempo no sentí nada. Se acerco a mi e intento besarme en los labios pero la esquive. Desde que Tania y yo nos besamos, no había querido probar otros labios.

- ¿Tienes algo que hacer? - preguntó con una sonrisa coqueta - no hay nadie en mi casa.

- Ya tengo planes, de cualquier forma gracias - vi como la decepción cruzaba su cara, pero me importaba un carajo. No podía sacarme de la cabeza a Tania y al gusano de Ivan.

- Vaya, estamos de malas - cruzo los brazos y enarco una ceja.

- No es asunto tuyo - pase junto a ella y seguí mi camino. Agradecí que no me siguiera. Era muy molesta, no entiendo como es que nunca lo note. Llegue a mi casa, me sentía furioso y para rematar mi padre se encontraba en la sala con Katya y Catalina. Puse los ojos en blanco y camine hacia las escaleras.

- ¿No piensas saludar a papá? - la voz de Katya hizo que me frenará. Sonreí sin girarme y después de unos minutos subí a mi habitación.

<<Saldré con Tania>> no dejaba de pensar en Ivan y su puta cita con ella. Tenia que hacer algo o me volvería loco. Di vueltas de un lado a otro por toda la habitación pensando en algo que hacer para sabotear esa ridícula cita. Podría ir a buscar a Tania por la mañana y sacarla de su casa el tiempo suficiente para que no llegara a donde quiera que haya quedado con Ivan. Me rasque la barbilla analizando la lógica de esa idea, no era tan mala, el maldito problema es que no recordaba como llegar a su casa. Había ido un par de veces pero era de noche y nunca puse atención al trayecto. Me frustraba no saber que más hacer, tome la lampara que estaba en la cómoda junto a mi cama y la lance contra la pared justo en el momento en que mi padre abrió la puerta. La lampara se hizo añicos, como era de esperarse y Fernando abrió mucho los ojos, me gire para darle la espalda.

Hecho para tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora