Indagando en las redes sociales encontré algo, mejor dicho a alguien. <TANIA JIMÉNEZ CANTÚ> ¿será la misma Tania que yo conozco?. Revise su perfil pero no había fotos, ni idea de si era ella o no. Le envié una solicitud de amistad y continué revisando, tres amigos en común Fabián, Julieta y claro cómo no, Paulina. Esperaba respondiera a mi solicitud, de una o de otra forma debía acercarme a ella.
El día estaba tan bien hasta que mi papá se apareció, a mi madre y mis hermanas les agradaba que él nos visitara, me preguntaba ¿cómo serían las cosas si ellas supieran la verdad?. Yo por mi parte no tenia ganas de estar allí, así que opte por ir a visitar a Fabián. Eran siete treinta, ya casi oscurecía. Le mande un mensaje a Fabián avisándole que iba para su casa y le explique los motivos.
Al llegar lo vi afuera buscando algo en su carro, cuando me vio sonrío y me invito a pasar. Entramos a la cocina para buscar algo de comer, él vacío una bolsa de papas fritas en un tazón, se metió a la sala y encendió el televisor. Repaso todos los canales pero no había nada para ver, era sábado y como siempre había puras porquerías. Julieta me vio y le guiñe un ojo, ella se sonrojo como respuesta. En verdad era muy bonita, no era delgada pero estaba buena, su ropa ajustada le iba muy bien, desafortunadamente no era mi tipo, a mí no me gustaban las niñas de papá, por esa razón a veces Catalina me caía mal, su padre la tenia muy consentida.
- Y ¿no has hablado con Paulina? - pregunto Fabián antes de comerse una papa.
- No, ni siquiera la he visto - tome unas cuantas papas y me las metí todas a la boca. No me apetecía tocar ese tema.
- ¿Por qué no la buscas hermano?, ella te quiere y debe estarlo pasando muy mal.
- Claro, me quiere tanto que por eso me engaño con otro - dije poniendo los ojos en blanco y él se encogió de hombros. Fabián no comprendía nada porque a diferencia de Paulina, Catalina respetaba su relación y no andaba por el mundo besándose con otros. ¿O sí? No mi hermana no era como las demás. Pero bueno, no me importaba lo que Paulina hiciera. Digamos que yo tampoco había sido el novio más fiel que haya existido, por eso era mejor terminar con esa relación llena de mentiras. Ni ella me adoraba como decía, ni yo la quería como todos creían.
Alguien llamo a la puerta y Fabián se levanto para abrir.
- Tania, que sorpresa - dijo él - sí, pasa ahorita la llamo.
Me imagino que Tania preguntó por Julieta. Entro a la sala y en cuanto me vio dio media vuelta de regreso al corredor. Salí detrás de ella y me detuve en el umbral, no se veía nada bien. Tenía los ojos un poco hinchados, al parecer había estado llorando. Seguramente se peleó con su novio y vino a ver a su amiga para desahogarse como lo hacen todas. Era una tontería, tal vez estaba exagerando las cosas. Su mirada pedía a gritos que dejara de verla pero no pude hacerlo, sus ojos reflejaban demasiada tristeza, estaba muy herida. En ese momento apareció Julieta y a Tania se le ilumino el rostro.
- Tania, ¿estás bien? - Tania no dijo nada, tan solo volteo a vernos a Fabián y a mí, no hay que ser muy inteligente para saber que no hablaría frente a nosotros - vamos a mi cuarto, ahí podremos hablar.
Desaparecieron escaleras arriba, dejándonos nuevamente solos a Fabián y a mi.
Había pasado mucho tiempo desde que Julieta y su amiga se encerraron para hablar. Dudo que su herida se debiera a algún ''noviecito'', por el dolor en sus ojos pude notar que era otra cosa, ¿cuánto más tardaran en bajar?. Como si me hubiera leído el pensamiento Julieta apareció en la sala pero estaba sola ¿Ya se habrá ido Tania? - pensé. No lo creo, no la había oído salir. Fabián observaba a su prima.

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Hecho para ti
Novela JuvenilAlexander es un chico de trece años, criado entre golpes, gritos y malos tratos. Durante años soporto el desprecio de su padre. Hasta que encontró una manera de escapar de aquel infierno. Paulina, su amiga de toda la vida y actual novia tuvo que mud...