Treinta y nueve.

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Ainee y Blad nos acompañaron la noche siguiente al Club nocturno. Se los presenté a Jesse y luego de un par de preguntas, los incluyeron al igual que nosotros. Hoy, sería, definitivamente, el cierre de ingresos. Nadie más podría entrar al Blue Smoke, y nadie podría salir.

También hoy hablarían sobre el paradero de mi fugitiva hermana.

Jesse comenzó a aplaudir y bajé la mirada reprimiendo las ganas de partirle un vaso de vidrio en la cabeza. Me caía exageradamente mal. Apenas lo vi, supe que de él podrías esperarte cualquier cosa. No me sorprendería que planeara asesinar a Cassandra de una forma más sangrienta que un tiroteo.

Me senté en una de las mesas que teníamos a pasos de la puerta. Kale me acompañó y se cruzó de brazos, poniéndose cómodo y esperando a que el líder comenzara a relatar absolutamente todo. Ninguno de los cuatro tenía idea de qué haríamos ante cualquier situación inesperada. Pero confiaba en mis compañeros, ellos mismos también lo hacían, y por si acaso; le di de mi sangre a Kale antes de venir. No iba a permitir que asesinen a mi mano derecha.

―¿Estamos todos? ―preguntó Louise con frialdad. Un murmullo se creó en todo el pub y Jesse y su compañero (quien había sostenido a Kale la primera vez) se vieron obligados a quebrar el cuello de todo aquél que estuviera hablando. Habíamos quedado "despiertos" unas quince personas de cuarenta.

El líder dio un paso adelante, comenzando con la explicación.

―Comenzaré con lo principal: cómo asesinaremos a Cassandra. Antes de liberarnos, Jon y Riggs nos explicaron brevemente el plan. Ella y su compañero ahora mismo se dirigen hacia la base de datos en un coche abandonado que encontraron en la madrugada ―y ahora estaba amaneciendo―. Ese coche tiene un rastreador, obra del difunto vampiro Christian Bellon; el cual murió sin cabeza obra de Dante Spausky, compañero de Cassandra. Nuestra misión es colisionar contra su coche. Será obra fácil, ya que ninguno de los dos está informado sobre aquella trampa.

Sentí que mi corazón se aceleraba a más no poder. Blad me pegó una patada por debajo de la mesa, demasiado obvio. Sabía que todos los despiertos habían escuchado mis latidos desesperados. Tragué saliva al sentir la mirada de Jesse puesta en la mía. Sinceramente, no esperaba mucho más de Jon. ¿Un choque automovilístico? Era el punto débil de Cassie. Ante una situación como esa, ella no sabía cómo reaccionar.

―¿Hay algo que te incomode, Nathan? ¿Algún aporte? ―preguntó Jesse fingiendo amabilidad. Louise, a su lado, lo miró nerviosa. Sus ojos demostraban temor, desesperación y tal vez inquietud.

Antes de poder responder, Ainee se levantó sin poder controlar su furia. Jesse la tomó del cuello y apenas puso un dedo sobre ella, Blad lo empujó con fuerza contra el suelo. Corrí hacia él y lo aparté, tirándome sobre Jesse. Quebré su cuello luego de forzar por unos segundos, mientras que Ainee usaba sus tácticas de distracción contra el segundo líder. Kale se lanzó al suelo cuando la mesera intentó clavar un cuchillo en su estómago, pero no duró por mucho ya que una morena que aparentaba mi edad lo sostuvo del cuello de su camiseta. Antes de poner un pie adelante para correr en su defensa, sentí que mi cuerpo era expulsado contra una de las paredes del club. Gemí llevando una mano hacia mi cuello adolorido, mientras que volvía a volar sin saber quién me estaba lanzando de un lado a otro como si fuera Loki y Hulk.

―¡Louise! ―grité llamándola. Ella estaba defendiéndose de los vampiros que la atacaban por defendernos a nosotros. Me miró y comenzó a caminar hacia mí, pero negué con la cabeza señalando a Kale. Cuando volteó a ver, empleó su velocidad para arrancar el corazón de la mesera, mientras que Kale clavaba un pedazo de vidrio con efedra en el cuerpo de la morena.

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