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Una semana después me encontraba en mi nuevo empleo como paseadora de perros y debo admitir que para ser algo tan inusual dan buenas propinas.

El parque definitivamente sería buen lugar para llevar a Sia, Manchas, Bigotes y Chicle.

Si, sus nombres son muy propios. Que dueños tan raros.

Chicle, el mas giganton de todos que era un San Bernardo. Era el que nos halaba a todos. El más afectado era Bigotes que tan solo era un Poodle pequeñin. Ria y Manchas podían controlarlo.

Me senté en una banca con las correas de los cuatro atadas a mis muñecas y bebí un poco de agua, era un día demasiado soleado y nesecitaba en serio un chapuzon.

- Amor - al escuchar su voz los caninos me arrastraron hacia ella.

Tosí por el polvo que estaba en mi rostro, mi novia me observaba preocupada.

- Te dije que no aparecieras cuando los paseo, enloquecen cuando te ven . Me recoste sobre el césped. Y los caninos a mi lado. Sony al otro.

-Quería verte, sabes que cuando no estoy contigo me aburro.

Curvó su labio inferior tristemente. Sonreí y acerqué mi rostro al suyo uniendo nuestros labios dulcemente.

- Te amo tanto

Murmuré haciendo una vocecita tierna.

- Ya lo sabia - bromeo.

Arrugué mi nariz haciendo una mueca.

- ¿Solamente lo sabias?

- Yo tambien te amo muchisimo mas

Tumbó mi torso cayendo las dos al cesped. Sonreí.

- Y dime ¿Qué planes tenemos para hoy?

Preguntó un rato despues de algunos besos.

- Mmmm - murmuré - debemos aprovechar esta noche ya que será la última antes de que mis padres y los de Susan vuelvan de las Bahamas.

- Entonces no tenemos tiempo que perder -sonreímos.

- Es hora de que vaya a devolver a estos traviesillos a sus hogares. ¿Me acompañas?

Levanté mis largas piernas del suelo y con mi mano disponible ayude a Sony a levantarse.

- Claro que sí - se acercó a los cachorros que se lanzaban sobre ella alegres. Ya la conocían ya que casi siempre los paseaba con ella.

- Uy bonito bebe - cargó a Manchas el cual lamía su rostro desesperado. Sony hacía una voz aguda al hablarles a los cachorros. Me causaba gracia y ternura.

Dejamos a los caninos en sus respectivas casas y fui a Mc Donald's con mi novia.

Que hermoso era decirle asi, MI novia. Okno

Pedimos unas nuggets con helado americano y papitas con soda. Siempre lo pediamos.

Ella me alimentaba a mi y viceversa. Y nuestro "special moment" fue interrumpido por Trent y un grupito de tipos mayores entrando al restaurante.

Tenía una remera muy sucia, pantalones rotos y zapatos llenos de barros. Su cabello era un desastre y su quijada ya estaba cubierta de un poco de vello facial. Sus ojos llevaban ojeras gigantescas y sus labios estaban secos.

Los tipos con los que andaban no daban buena espina, todos parecían mayores a él y ni siquiera Dylan ni Chris estaban a su lado. ¿Qué le paso a Trent?

Reía con sus "nuevos amigos" y Sony estaba igual de sorprendida que yo. Ya que él siempre era cuidadoso respecto a su apariencia, nunca había tenido amistad con gente de mala facha y jamás se le vio salir sin Dylan y Chris.

- ¿Donde esta el Trent que conocemos? - cuestionó mi novia sin dejar de verlo.

- Tampoco lo encuentro, creo que será mejor que nos vayamos antes de que..

- Vaya,vaya las dos lesbianas de la ciudad - Trent y un tipo mas aterrador que llevaba tatuajes hasta la punta de la oreja nos observaban frente a nuestra mesa. Su grupo estaba al otro lado del local.

- ¿Que carajo te pasó?

La morena le observaba preocupada con cierta tristeza y tambien se notaba que le seguía teniendo cariño.

- Pero porque no me has mencionado que eran unas linduras? -comento el tipo de su lado. Observandonos descaradamente con una sonrisa pícara.

- Trent quien es este tipo? - interrogué preocupada.

- Soy su amigo zorrilla, de hecho somos compadres y mas te vale no volver a decirme "tipo". - me observó fulminante y a pesar de su aspecto aterrador, no logró intimidarme.

Intercambiamos miradas llenas de enojo de mi parte y diversión de la suya.

- Vamonos Coley.

Sentí la mano de la morena sobre la mía, aliviandome. Asentí y la obedecí esquivando a esos dos y saliendo del local.

- No puedo creerlo - Escuché la voz chillona de Sony.

- ¡¿Que pasa?! - exclame nerviosa por su rostro.

Levante la vista hacia mi auto y tenía rayones en la cubierta y una frase gigante con spray rojo en el parabrisas.

"Coche de lesbianas"

No, no , no podía haber sido Trent.



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