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- ¿Que pasó? - le pregunte al tatuado.

- Es una tradición los apagones en las fogatas.

-No puedo ver nada - respiré lento ya que le temía a la obscuridad.

- No te preocupes, te llevaré a casa.

- No creo que sea buena idea - Comenté tratando de alejarme del chico sin que se dé cuenta.

-No te haré nada -rió a carcajadas. - es más, te daré mi celular para que llames a tus amigos. -desbloqueó su celular y la pantalla se encendió de inmediato entregándomelo.

-Primero salgamos de aquí.

- Agarra mi mano - lo hice y empezó a caminar a travéz del bosque.

Se escuchaban algunas voces de personas cerca de nosotros, pero creo que ni ellos se daban cuenta de nuestra presencia.

No llegabamos a la cabaña aún y empezaba a preocuparme. Temía que el tatuado me llevaría por otro camino y me haga daño.

-Sabes qué, llamaré a mis amigos.

-Estamos cerca. - ignoró mi pedido. Tuve un mal presentimiento, por lo que solté bruscamente su mano y me detuve.

La luz de la luna alumbraba un poco el panorama, asi que noté que me observó extrañado.

-¿Qué te pasa?

-Creo que este no es el camino.

- Si lo es cariño, vamos o te perderás sola.

-Sabes qué iré de vuelta  a la fogata, no importa. Talvez encuentre a mis amigos allí.

-No puedes hacerlo, es peligroso. No recuerdas donde es. Asi que vamonos. ¿De acuerdo?

Trató de agarrar mi brazo y retrocedí hasta chocar con un árbol.

- Vete, volveré. - este tipo no me dejaba en paz. Empecé a caminar a la dirección de la que habíamos venido.

- ¿Sabes qué?, olvídalo. Espero que te pierdas zorra. - gruñó enojado y ya no escuché sus pasos detrás de mí.

Estaba totalmente jodida, no recordaba el camino a la fogata, escuchaba algunas voces, pero ninguna conocida. Y no era recomendable acercarme en la obscuridad a los extraños.

Luego de cinco minutos divisé unas luces, dandome a entender que era la cabaña. Ya iba acercándome, hasta que sentí que tropecé con una persona que estaba sentada y yo no habia visto en mi camino.

Mierda-pensé que era Agus.

- ¡¿Pero qué mierda?!

Caí sobre su cuerpo y grité furiosa.

- ¡Mira por dónde caminas idiota!

Escuché una voz femenina, que se me hacía conocida.

- Ahora mi cigarrillo se hizo mierda, gracias.

Volvió a comentar y me puse helada.

-Yo yo per..perdón.

Tartamudeé nerviosa. No podía ser ella.

-Un momento... - escuché como su respiración se volvía lenta.

Si, la castaña de la cual estaba locamente enamorada hace algún tiempo, estaba frente a mí.

Ella había vuelto.

- ¿Coley?
Sony preguntaba y mientras tanto yo con los nervios de punta.

Girls like GirlsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora