La Doña

Prologo; Cinco años antes es cuando comienza esta historia

-¡Tu! ¡Mi hija! –Bernardo tiro todo lo que había sobre la mesa al suelo -¡Como una cualquiera! ¡Una mujer de la calle!

-¡Papa! –Luz trato de tocar el brazo de su padre pero el se alejo –Yo

-¡Tu ¡¿Tu que? –Bernardo la miro con rabia -¡Con el hijo de mi jefe! ¡Con el patrón!

-Mama –Luz miro a su madre que permanecía sentada en una silla de la cocina sin poder para de llorar, la mujer levanto la vista hacia ella y giro el rostro hacia otro lado

-¡Eres la vergüenza de esta familia! –Bernardo camino hacia su hija y la agarro fuertemente de los brazos, la zarandeo furioso -¡Una mujerzuela!

-¡No! –Luz se aparto sin poder dejar de llorar -¡Yo no soy así! ¡Tu lo sabes! ¡Soy tu hija!

-¡Cállate! –el levanto el brazo y de un guantazo lanzo a su hija al suelo, Luz llevo la mano a su rostro sin poder llegar a creer que su padre le había pegado. Bernardo la miro con furia, con desprecio, camino hacia ella y la agarro del brazo, después la llevo a la puerta, abrió y la empujo al exterior -¡Márchate de esta casa y no vuelvas! ¡Ensucias el nombre de esta familia!

-¡Papa! ¡Mama! –Luz callo a la tierra sobre sus rodillas, mirando la puerta en la que su padre permanecía

-¡Yo no tengo ninguna hija! –Y la puerta se cerro

Durante casi una hora ella permaneció fuera, esperando, esperando a que su padre le abriera la puerta o su madre saliera en su busca.  Pero nunca ocurrió, la puerta permaneció cerrada.  Llovía, la tormenta desataba su furia sobre ella al igual que su padre lo había hecho y allí, sola en la tierra que siempre había pertenecido a su familia supo que nada volvería a ser igual.  Ella, Luz Darside, había sido humillada, utilizada y todos la culpaban por ello, la creían una mujerzuela y su propia familia renegaba de ella.

Todo por un hombre, Leonardo Barquero, el hijo mayor del patrón, Gonzalo Barquero.

Ella una simple muchacha de pueblo, la hija del capataz de su hacienda había sucumbido a sus encantos y se había entregado a el, para que dos días después todo el pueblo supiera lo que había pasado.  Un video, la habian gravado, una grabación que mostraba como se entregaba al hombre mas poderoso del pueblo, como muchas otras tontas habian echo.

Se levanto del suelo y miro al cielo, las gotas de lluvia seguían mojando su rostro, se abrazo a si misma y comenzó a caminar.   Tardo casi tres horas en llegar al pueblo, por otro lado tampoco tenia donde meterse, solo un lugar le venia a la mente.  La parroquia, el padre José no le negaría ayuda.  Pero nunca llego a la parroquia.

Ya estaba oscuro cuando al fin cruzo los limites del pueblo y había anochecido por completo cuando caminaba por las calles de este. 

-¡Eh preciosa! –Un grupo de hombres la miraban sonriente -¡¿Por qué no vienes a pasar un buen rato?!

-¡Si ven con nosotros! –Uno de ellos dio un paso hacia ella