-Elena –Jou la observo bajar las escaleras -¿Cómo te encuentras?
-Bien –ella le sonrió –Solo fue un dolor de cabeza
-Me alegro –No muy convencido el se acerco y la abrazo
-Trajeron esto para ti –Richard señalo el ramo de rosas que estaba sobre la mesa de la entrada –Hace una hora
-Rosas –ella camino hacia ellas y tomo una, sonrió y tomo la tarjeta
Como te dije pienso insistir y aquí esta el comienzo.
Espero te gusten las rosas, aunque ninguna flor lograría igualar tu belleza
Tratare de conseguir información pronto, para darte una excusa para volver a verme
Tom
-¿Y cual es el plan para hoy? –Roberto la miro sonriente
-El plan es ir a dar un paseo por las tierras –Ella miro a Jou y a Richard –Voy a enseñaros mi Hacienda
-Perfecto –Jou sonrió
-Roberto –Ella le miro –Pide que preparen un Jeep para ti y Richard, que Oscar lo conduzca después que preparen mi caballo y otro para Papa Jou –Miro a Jou -¿Te apetece?
-Por supuesto –Jou asintió eufórico –Me encanta la idea
-En ese caso vamos –Elena le guiño un ojo
Cuando Elena salio de la casa Oscar estaba frente a ella, esperando con los caballos tomados por las riendas. Con toda la tranquilidad que logro reunir camino hacia el y tomo las riendas de Diablo sin siquiera mirarle, el frunció el ceño ante la actitud de ella y después tendió las otras riendas a Jou.
Elena disfruto con el paseo a caballo como hacia mucho tiempo no lo hacia, junto con Jou. Como en el pasado, cuando el le había regalado a Diablo e iban juntos al club de campo para entrenar.
Oscar guiaba el Jeep tras ellos, escuchando las bromas de Richard y Roberto y no podía evitar observar como Elena cabalgaba y como reía. Además verla con aquella ropa de montar, los pantalones, el chaleco, algo dentro de el lo incitaba a arrancarle cada prenda y disfrutar de su cuerpo, pero no podía, no debía. No hasta saber quien era esa mujer realmente
-¡Hermoso! ¡¿Verdad?! –Elena admiraba a su alrededor subida a su caballo
-¡Es precioso! –Jou asintió sonriente
-¡Richard deberías aprender a montar! –Ella observo como el estaba subido en el asiento del Jeep mirando a su alrededor
-¡Ni loco me acerco yo a un bicho de esos! –El hizo una mueca y todos rieron
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La Doña
RomanceEl pequeño Pueblo de Palmer, no era muy grande y menos conocido Nadie podía pensar que alguna persona importante se interesara en el. Pero así sucedió, una mujer, que poco a poco se fue adueñando del pueblo. Los Barquero, los patrones del puebl...