Capitulo 25; Sangre y sufrimiento

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-Elena –Jou la observo bajar las escaleras -¿Cómo te encuentras?

-Bien –ella le sonrió –Solo fue un dolor de cabeza

-Me alegro –No muy convencido el se acerco y la abrazo

-Trajeron esto para ti –Richard señalo el ramo de rosas que estaba sobre la mesa de la entrada –Hace una hora

-Rosas –ella camino hacia ellas y tomo una, sonrió y tomo la tarjeta

Como te dije pienso insistir y aquí esta el comienzo.

Espero te gusten las rosas, aunque ninguna flor lograría igualar tu belleza

Tratare de conseguir información pronto, para darte una excusa para volver a verme

 

     Tom

 

-¿Y cual es el plan para hoy? –Roberto la miro sonriente

-El plan es ir a dar un paseo por las tierras –Ella miro a Jou y a Richard –Voy a enseñaros mi Hacienda

-Perfecto –Jou sonrió

-Roberto –Ella le miro –Pide que preparen un Jeep para ti y Richard, que Oscar lo conduzca  después que preparen mi caballo y otro para Papa Jou –Miro a Jou -¿Te apetece?

-Por supuesto –Jou asintió eufórico –Me encanta la idea

-En ese caso vamos –Elena le guiño un ojo

Cuando Elena salio de la casa Oscar estaba frente a ella, esperando con los caballos tomados por las riendas.  Con toda la tranquilidad que logro reunir camino hacia el y tomo las riendas de Diablo sin siquiera mirarle, el frunció el ceño ante la actitud de ella y después tendió las otras riendas a Jou.

Elena disfruto con el paseo a caballo como hacia mucho tiempo no lo hacia, junto con Jou.  Como en el pasado, cuando el le había regalado a Diablo e iban juntos al club de campo para entrenar. 

Oscar guiaba el Jeep tras ellos, escuchando las bromas de Richard y Roberto y no podía evitar observar como Elena cabalgaba y como reía.   Además verla con aquella ropa de montar, los pantalones, el chaleco, algo dentro de el lo incitaba a arrancarle cada prenda y disfrutar de su cuerpo, pero no podía, no debía.  No hasta saber quien era esa mujer realmente

-¡Hermoso! ¡¿Verdad?! –Elena admiraba a su alrededor subida a su caballo

-¡Es precioso! –Jou asintió sonriente

-¡Richard deberías aprender a montar! –Ella observo como el estaba subido en el asiento del Jeep mirando a su alrededor

-¡Ni loco me acerco yo a un bicho de esos! –El hizo una mueca y todos rieron

La DoñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora