-¡Por aquí! –Roberto señalaba a los recién llegados donde llevar las cajas
-El apartamento privado que hay allí será el lugar –Dilan hablaba con los ayudantes que bajaban todo para preparar los reportajes
-¿Quién es toda esta gente? –Gonzalo pregunto a Bernardo que miraba las furgonetas paradas frente a la casa
-No lo se señor –El miro hacia la que era la ventana de la habitación de su hija
-Yo si –Lorenzo se paro junto a ellos –Según parece la modelo empieza una nueva campaña publicitaria
-Buenos día señores –Ninguno se dio cuenta que Elena acababa e salir de la casa y se encontraba tras ellos, les sonrió y siguió su camino hacia los establos -¿Cómo se encuentra hoy Diablo?
-Bien –Oscar soltó el heno en el suelo y la miro –Parece que tiene muchos asuntos de los que ocuparse hoy
-Si y muy importantes –Por primera vez Elena se giro y sin tratar de seducirle o jugar con el salio de los establos y camino hacia Roberto y Dilan -¿Todo arreglado?
-Si, podemos comenzar cuando tu quieras –Dilan le guiño un ojo –Solo deja que terminen de organizar
-Tienen todo el tiempo que necesiten, debo atender un asunto –Miro a Roberto y asintió
-Vamos entonces –El señalo el coche y caminaron hacia allí
-¡¿Cómo diablos paso esto?! –Mariano Cortes Jefe civil del pueblo golpeo la mesa mirando a uno de sus guardias -¡¿Por qué se hecho atrás?! ¡¿Qué ocurrió?!
-No lo se señor –El hombre agacho la cabeza –Todo estaba listo
-¡Maldita sea! –El arrojo los papeles que había sobre la mesa al suelo
-¿Problemas Señor Cortes? –Elena permaneció en la puerta, mirándole fijamente
-Doña –El se recompuso inmediatamente –Discúlpeme, ciertos asuntos me sacan de mis casillas
-Comprendo –Ella paso la vista por el despacho, la fijo en el guardia –Esperaba poder hablar con usted a solas
-Por supuesto –El asintió, indico al hombre que saliera y la miro con una sonrisa -¿En que puedo ayudarla?
-Pronto serán las nuevas elecciones –se acerco a la mesa despacio –Responda a una pregunta ¿No ha tenido mi apoyo Mariano Cortes?
-Si, por supuesto –El la miro preocupado
-¿Recuerda lo que le dije en la fiesta? –Elena se paro ante la mesa mirándole de forma fría – Mis aliados siempre consiguen lo que quieren como yo ¿Ha olvidado quien soy?
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La Doña
Roman d'amourEl pequeño Pueblo de Palmer, no era muy grande y menos conocido Nadie podía pensar que alguna persona importante se interesara en el. Pero así sucedió, una mujer, que poco a poco se fue adueñando del pueblo. Los Barquero, los patrones del puebl...