Hasta que se oye el ruido de una botella romperse. Bajo las escaleras corriendo, James está en el patio, con muchas botellas de alcohol vacías. Ha roto la ventana del comedor.
--- ¿Que haces?
--- Beber. - dice mientras abre otra.
--- ¡Para! - le grito e intento quitarle la botella de las manos. No lo consigo y me caigo, encima de los cristales rotos. En seguida reacciona, me duele todo y él tira la botella al suelo para ayudarme. Tengo cristales clavados en la espalda, duele. Pero a James creo que le importa una mierda. Me voy a mi casa, mis padres y mi hermana me preguntan por las heridas y les cuento la verdad un poco resumida. Que me he caído encima de unos cristales rotos.Martin ha estado bastante preocupado por mi pero estoy bien. Y de James no sé nada. Creo que le da igual que me haya echo daño. Mira...
***
La mejor forma de curar los daños no es la bebida.