Capítulo 4

19.8K 1K 43
                                    

Salgo del coche de mi hermano y cierro la puerta de un portazo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Salgo del coche de mi hermano y cierro la puerta de un portazo.

–¡Vamos Hebe no te enfades!

–¡Oh, pues claro! ¿Cómo no voy a enfadarme? Me vas a dejar sola encargándome hoy del bar para irte con tu follada de anoche.

–Oye, relaja la raja, niña. Es solo hoy.

–Que yo no sé encargarme del papeleo, Jhonah.–Digo entredientes abriendo las puertas de nuestro bar y entrando en él, me acerco a la barra donde Kattia, nuestra chica más antigua, se está bebiendo un ron a palo seco.

–¿Noche dura?–Le pregunto, ella me sonríe.

–Tengo el coño en carne viva.–Suelto una carcajada.

–Pero si son las doce.–Ella se encoge de hombros.

–¿Vas a comer aquí?–Pregunta.–Las chicas van a salir a comer pero a mí no me apetece.

–¿Qué te pasa?

–Creo que estoy cogiendo gripe.–Dice encogiéndose de hombros.

En el bar también es como una especie de hotel, algunas de mis chicas no tienen casa ni familia por lo que se hospedan en las habitaciones que hay en el piso de arriba. Otras si tienen familia y deciden irse a pasar la noche con ellos.

–Tómate el día libre.

–Pero Hebe..

–Tranquila cielo, y sí, voy a comer aquí.

Jhonah se acerca a nosotras y le sonríe a Kattia.

–Me voy Hebe, acuérdate de las cuentas.

–Te odio.

–Yo te puedo ayudar.–Dice Kattia.–Ya sabes que soy muy rápida con los números.–Le sonrío en forma de agradecimiento.

–Genial, ah, y esta tarde viene el nuevo aliado de papá.

–Te odio, Jhonah.

–Me amas pero no tanto como yo a ti.–Dice dejando un beso en mi frente, le doy un manotazo en el brazo y se aleja de mi riéndose.–Nos vemos hermanita.

–¡Ojalá y no se te pare!

–¿Que no se le pare el que...? Oh, vale. Ya entendí.–Dice Kattia, me río y ella también se ríe.

–Sube a echarte, prepararé algo para comer.–Ella me sonríe y asiente, sale de la barra y deja un beso en mi mejilla, aprieto su hombro y le sonrío antes de que se vaya.

Rodeo la barra y entro a la cocina, voy al frigorífico y lo abro. Hago una mueca, no sé hacer nada de lo que hay dentro.

¿En serio tengo que encender la cocina? Paso, mejor ordeno algo.

Salgo de la cocina y saco el móvil de mi sujetador deportivo, aliso un poco el vestido y bajo un poco la cremallera para que el sujetador se vea más.

DANGEROUS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora