Capítulo 34

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-¿Cómo has amanecido hoy, preciosa?-Grita Rigar entrando al sótano, frunzo el ceño y hago una mueca del dolor cuando no puedo mover mucho el cuello

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-¿Cómo has amanecido hoy, preciosa?-Grita Rigar entrando al sótano, frunzo el ceño y hago una mueca del dolor cuando no puedo mover mucho el cuello

Llevo días, semanas durmiendo en una silla, con mi espalda adolorida y sin haber andado casi, sólo cuando me cambio de ropa.

Las piernas me duelen, los tobillos los tengo hinchados y tengo un dolor de espalda que no quiero ni imaginar cuando vuelva a ponerme de pie.

-Mis hombres entraron a la finca.-Dice llevando su mano a su barbilla.-¿Sabes qué? No llegaron a encontrar nada porque tú querido novio y tú hermano aparecieron antes de ponernos a buscar.-Dice él, caminando de un lado a otro.-¡Pero si tú vientre está más grande! Que bien, estoy deseando irme de esta ciudad por fin.

-No te llevarás a mi bebé.-Murmuro con la boca reseca, alzo la mirada viendo su sonrisa burlona.

-¿Quién me lo va a impedir? ¿Tú, querida?-Pregunta él.-No me hagas reír, por favor.-Carcajea de manera falsa mientras se cruza de brazos. Gruño viendo cómo se arrodilla y posa una de sus manos en mi rodilla.

-No me toques.

-Oh, perdona querida.-Dice quitando sus manos de mi cuerpo, alzándolas para que las vea para después darme un puñetazo con el puño cerrado.

Gimo de dolor, lleva anillos.

-¿Tú sabes que a mí no me ordenas, verdad?-Pregunta él volviendo a darme otro puñetazo, cierro los ojos ante el impacto y aprieto mi mandíbula.-Cuando te toco, no opones resistencia, ¿Lo entiendes?-Alzo la mirada y mi mentón sin importarme lo que diga.

-Te mataré.

-Claro que no lo harás, querida. Yo te mataré cuando ese bebé nazca.-Dice señalando mi vientre.-Por cierto, ¿Cuánto debes de tener ya? Cuando viniste con nosotros...

-No vine con vosotros, me secuestrasteis, cobardes.-Lo interrumpo, él bufa y se ríe de lado antes de propinarme otro puñetazo haciendo que me caiga de la silla, gimo de dolor cuando mi costado choca contra el suelo.

-Cógela, Keith.-Le ordena, él hace caso y levanta mi silla conmigo.

Entrecierro los ojos y lo miro con súplica pero él no me hace caso, se aleja de nuevo y se cruza las manos en su vientre a un lado de la pared.

-Lo que iba diciendo.-Dice él.-Esa bebé será nuestra. La casaré con mi hijo y tendré a la mafia de la gran Hebe Kòzlov y Duke Zàitsev.-Dice riéndose.

-Mi bebé no es un objeto, ella no se casará con tu hijo.-Escupo, baja la mirada y niega con la cabeza, se restriega los ojos con un puño y suspira.

-No voy a volver a repetírtelo, querida.-Dice él.-¿De cuánto debes estar Hebe? ¿Ocho meses? Como decía, cuando viniste con nosotros estabas entrando en los seis meses.-Abro los ojos en plato.

DANGEROUS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora