Capítulo 5

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Abro la puerta del garaje de casa con el mando y me monto en mi moto la arranco, me coloco el casco y lo abrocho

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Abro la puerta del garaje de casa con el mando y me monto en mi moto la arranco, me coloco el casco y lo abrocho.

De nuevo me toca ir hoy a encargarme del bar, y de nuevo voy yo sola ya que mi hermano a puesto una excusa tan barata que ni papá se lo ha creído pero aún así no le ha dicho nada.

Y como no puede llevarme nadie me toca ir en mi preciosa moto.

Además, también tengo que terminar las cuentas que ayer dejé a medias porque tuve que encargarme de Kattia, la pobre ha cogido una gripe muy fuerte y tiene bastante fiebre.

Voy a arrancar cuando mi móvil suena en el bolsillo de mis jeans negros, paro la moto y me quito el casco, lo saco y sonrío cuando veo quién es.

–Hola bebé.–Dice cuando atiendo la llamada.

–Hola cariño, ¿Qué pasa?–Le pregunto.

–Mi hermano me lleva al bar, hoy no tengo nada que hacer y he pensado en que necesitarás ayuda.

–¿Por qué iba a necesitar ayuda?–Me río y echo mi pelo a un lado.

–No sé, ¿Tal vez porque llevas toda la mañana y parte de la noche quejándote de que hoy te encargarás sola del bar?–Alina se ríe y me río con ella. Escucho una risa ronca de fondo. Duke.

–Idiota, no hace falta que vayas.

–Pero quiero ir contigo, además, así veo a Kattia. Hablé con ella anoche y su voz daba grima.–Me río.

–Voy a salir ya hacía el bar, nos vemos allí.

–Duke puede ir a por ti.–Dice, se nota de lejos sus intenciones.

–Tranquila, ya estoy saliendo. Nos vemos en el bar, te amo.

–Te amo igual, ve con cuidado.–No digo nada más y cuelgo. Suspiro y vuelvo a guardar mi teléfono en mi pantalón, vuelvo a colocarme el casco y arranco la moto.

Salgo del garaje y paro frente a él, le doy al mando para que cierre y hasta que no veo que ha cerrado no me voy.

Tan solo son diez minutos en moto, y ni si quiera.

Salgo del vecindario a una velocidad normal, la verdad que a mí no me gusta mucho la velocidad, sólo de vez en cuando.

Paro en el último semáforo que me queda antes de llegar al bar, suspiro y apoyo mi pie en el suelo hasta que se ponga en verde.

Alzo la vista cuando escucho un pitido, creo que es el coche de Duke y lo confirmo cuando mi mejor amiga sale y me saluda con la mano.

Prácticamente están casi frente a mí, salvo la calle que nos separa. Miro el semáforo y a ambos lados para asegurarme de que no viene nadie, ya se ha puesto en verde, vuelvo a colocar mi pierna en su sitio y conduzco hasta ellos.

Pero antes de llegar un coche me embiste con fuerza y eso hace que mi cuerpo salga volando por los aires.

No puedo oír nada, tengo los oídos atronados, mi cuerpo rueda en el asfalto y no me permito perder la conciencia.

Alzo la mirada y apoyo las palmas de mis manos en el suelo, me levanto a trompicones y veo un coche negro con los cristales polarizados irse corriendo a toda hostia de la calle, veo mi moto y llevo una mano a mi cabeza.

Todo comienza a darme vueltas, me sobresalto cuando siento una mano en mi cintura, Duke me observa con pánico en sus ojos, sus manos tiemblan en mi cintura.

Él dice algo pero no escucho lo que dice, a su lado está Alina que tiene cara de pánico pero no escucho nada.

Siento mis párpados cerrarse, Duke se agacha y pasa sus manos por detrás de mis rodillas y por mí espalda, cogiéndome en brazos y acercándome a su pecho.

Después de eso todo se vuelve borroso, comienzo a cerrar mis párpados siendo consciente de la frustración en Duke y de las lágrimas que corren por las mejillas de mi amiga.

***

Frunzo el ceño cuando un dolor agudo me traspasa la cabeza, llevo mi mano a mi cabeza y masajeo mi sien.

Abro los ojos, adaptándome a la luz, bajo mi vista a mi brazo donde una vía se encuentra conectada en él, hago una mueca de dolor.

Miro a mi alrededor, estoy en mi habitación.

–¿Quién fue?–Preguntan papá y Jhonah entre dientes. Llevo mi vista hacia ellos, mi padre se está fumando un cigarro de pie apoyado en la pared de mi cuarto. Miro a mi lado y mi hermano está sentado dándome la espalda, con su mano en mi pierna.

Y Duke, él está sentado en el suelo, apoyando su espalda en la puerta de mi vestidor.

–No lo sabemos.–Dice Duke.

–¿¡Qué!?

–¡Joder! Era una puta matrícula robada, sólo sabemos el modelo.

–¿Cómo coño va a ser una matrícula robada?–Pregunta Jhonah.

–Joder tío ni que fueras nuevo en esto. La roban y la vuelven a vender, ¿O qué te piensas? ¿Que una anciana de Nueva Delhi ha venido aposta para atropellar a tu hermana? Más ganas tengo yo que tú de matar al desgraciado que la atropelló.

–¿Y por qué tienes más ganas a ese desgraciado que yo, que soy su hermano?––Me río del tono de voz de mi hermano, se nota desde lejos que ha captado las señales de Duke.

–¡Hebe!–Exclama mi hermano acercándose a mi y dejando un beso en mi frente. Le sonrío con cansancio y apoyo mis codos en la sábana, incorporándome.

Hago de nuevo otra mueca al notar el pinchazo de la vía en mi brazo, la agarro y tiro de ella, haciendo que mi cama se moje de lo que parece suero.

–No entiendo la gente que cuando te pasa algo te pone suero, a ver, ¿Por qué me habéis puesto suero ahora?

–Tiene el antiinflamatorio y unos medicamentos para el dolor, estúpida.–Dice mi hermano.–Y que sea la última vez que te arrancas el suero así.

Ruedo los ojos y apoyo mi cabeza en la almohada de nuevo.

Me incorporo cuando papá se acerca a mí, me sonríe y acaricia mi mandíbula.

–Mi bebé, una luchadora.–Dice, le sonrío.–¿Estás bien, cariño?

–He soportado cosas peores, papá.

–Lo sé, cielo.–Me sonríe, soltando mi mandíbula.–Duke, Jhonah revisará a Hebe, ¿Te importa salir?

Duke se incorpora y me mira, abre la boca pero yo niego con la cabeza despacio.

Si papá se entera que su nuevo aliado me quiere con él se volverá loco, nunca ha querido a nadie a mi lado y ahora con todo el tema de las bandas y las peleas menos.

Cierra los puños con fuerza y aprieta su mandíbula, asintiendo. Abre la puerta de mi cuarto y la cierra de un portazo.

Genial, lo que faltaba.

Está molesto conmigo.

DANGEROUS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora