Sus ojos eran un océano del cual no podías salir sin ayuda de alguien más, podías ahogarte en ellos completamente sin darte cuenta.
Y a ella parecía gustarle. Le gustaba saber que te había poseído.
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Sus ojos eran un océano del cual no podías salir sin ayuda de alguien más, podías ahogarte en ellos completamente sin darte cuenta.
Y a ella parecía gustarle. Le gustaba saber que te había poseído.