Ella estaba ahí, parada en el umbral de mi puerta empapada por la lluvia de la madrugada, pero sonreía.
xxii
Ella estaba ahí, parada en el umbral de mi puerta empapada por la lluvia de la madrugada, pero sonreía.
Ella estaba ahí, parada en el umbral de mi puerta empapada por la lluvia de la madrugada, pero sonreía.