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Toqué la puerta de su casa tres veces. Su madre me abrió y, al verme, no puso una cara muy amigable. Le expliqué mi proposito y ella asintió. Fui tan estúpida al pensar que de verdad le entregaría la carta a Perrie.

S o u n d s |j.t|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora