Gritó.
Desesperada subí las escaleras hasta su habitación.
Otro grito.
Al abrir la puerta ella estaba con el rostro rojo y los ojos húmedos. Se le había derramado agua hirviendo en las piernas.
Sólo había sido un accidente.
Gritó.
Desesperada subí las escaleras hasta su habitación.
Otro grito.
Al abrir la puerta ella estaba con el rostro rojo y los ojos húmedos. Se le había derramado agua hirviendo en las piernas.
Sólo había sido un accidente.