Cada día me iba a visitar. Le pregunté como sus padres la dejaban salir. Y ella simplemente apuntó al volante que estaba en mi mesa; hablaban sobre unas clases de inglés que se dictaban en las horas que ella venía y se iba.
Sus padres la verdad cayeron bajo al creerle. Pero mientras permanezca a mi lado todo estaría bien.