Estaba parada frente a la puerta principal mirándome fijamente a los ojos. Eran las dos de la tarde y por la ropa que llevaba supe que quería salir. No me lo permitían, pero me parecía completamente estúpido dejarla encerrada.
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Estaba parada frente a la puerta principal mirándome fijamente a los ojos. Eran las dos de la tarde y por la ropa que llevaba supe que quería salir. No me lo permitían, pero me parecía completamente estúpido dejarla encerrada.