Capitulo Diesiseis.

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«Anastasia Steele»

Cuando abro mis ojos, parece que aún los tuviera cerrados, no se podía ver ni diferenciar nada, todo están completamente oscuro y me percato de que el cuarto está vacío ya que cuando sollozo se escuchan ecos en todo el cuarto, ¿por qué tuve que ignorar a Christian? Sólo quería protegerme y lo arruine todo, soy una maldita idiota.
Un gran destello de luz hace que cierre levemente mis ojos, para seguido ver borroso, pero conforme parpadeo la claridad vuelve a mis ojos, cuando logró distinguir, veo que la puerta ha sido cerrada y una gran lámpara posa sobre encima de mi, y confirmo que estoy amarrada a una silla, mis labios cubiertos por una soga nada cómoda que hace que raspé mi piel conforme me muevo, ya que la cuerda está amarrada de igual forma al respaldo de mi silla. Pero no veo a nadie a mi alrededor, solamente se escuchan aclaraciones de garganta y susurros, cuando me muevo un poco, me percato que también tengo una soga en mi estómago y en mis piernas, amarrados a la pequeña silla de madera, las cuerdas, raspan más que nada y me duele mucho mi abdomen, como si me hubieran golpeado.
Los susurros cesan y se escuchan pasos, cada ves más cerca, los pasos son pesados, hasta que logró distinguir a esa persona, es un hombre, sus aretes siguen siendo los mismos excepto que ahora su cabello está mugriento y más largó.

-hola Anita.

Me dice Jack, tocando mi mejilla con sus dedos, pasando sobre una lágrima ya caída anteriormente, aparto mi rostro y recibo un golpe en ella de su parte, haciendo que pa soga que tengo en mi cuello me apriete aún más. Me jaloneo para salir de la silla pero todo eso es inútil, ya que me lastimo más a mi, y Jack nota eso, ya que comienza a reír fuertemente, entonces paró. Se acerca a mi, a escasos centímetros de mi rostro que respiramos el mismo aire.

-creo que te ataron un poco mal tu soga, esta muy floja.

Pone sus manos en la parte trasera de la soga de mis labios y la ata un más, haciéndome soltar un grito al sentir las pequeñas espinosas de la cuerda en mis mejillas, y se que la cuerda ha causado minúsculos hoyos en mi piel, ya que arde. Jack sólo me mira con cara de satisfacción, como si le estuviera gustando todo lo que esta viendo, entonces se acerca a mi e intenta besarme sobre la soga pero yo aparto mi rostro y enojado grita:

-¡Paris! ¡Tom! ¿Quieren enseñarle a Ana, que es lo que pasa cuando no hace lo que quieren?

Entonces de la pequeña oscuridad sale Paris y un chico de cabello color castaño de unos treinta o cuarenta años, el chico del Escala, el día en que deje el Escala para ir a mi departamento, ese chico, ese chico siempre estuvo espiandome, desde el escala, es por eso que me dijo que tuviera cuidado.
Los dos se acercan y me desatan sin quitarme la cuerda de la boca y me tiran al suelo.

«Christian Grey»

Veo nuevamente el reloj, las tres de la mañana, acosté a Teddy a las diez, por que el quería que mamá fuera a darle besos e buenas noches pero tal parece que Ana no llegará, intenté rastrear su celular pero el celular esta apagado, por lo cual Taylor me recomendó esperar, ya que se le podría haber acabado la pila, pero no lo creo. Ana hubiera llegado lo más rápido posible, ella me hubiera llamado o algo, algo le paso, tengo despierto a Taylor esperando a que Ana encienda su celular o algo para poder rastrearla, pero en cualquier momento que me distraigo el se queda poco momento dormido, pero debo encontrar a Ana para poder estar tranquilo, desde que Jack escapo estoy con los pelos de punta.

-¡ya la encontré!

Hasta la misma voz de Taylor marca alegría, me acerco corriendo al computador, en donde un punto verde parpadea, pero el punto conduce sobre la carretera saliendo de Seattle, entonces me llega un mensaje.

Superando el engaño de Christian Greyªº.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora