Capítulo 1

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¿Que cómo empecé a odiarlo? Fácil

Alguien me dijo una vez que el amor era un arma de doble filo, ¿sabes por qué? Porque no puedes llenarte demasiado de él pues tomará todo de ti, te consumirá. Y sí tomas muy poco no tendrá sentido.

El amor es complicado, y peligroso.

No dejes que te consuma, Luna. De lo contrario tu obsesión se llevará todo, y lo que fuiste nunca volverá a ser.

Mi nombre es Luna Petterson y tengo 17 años, estoy por terminar la preparatoria. Gracias al tipo de libros que leo, creo sinceramente en el poder de la interacción, y en la importancia de una buena relación entre compañeros, pero la suerte de poner en práctica tus ideales en tu vida diaria, es algo que pocos pueden hacer. Entré al Bredge Hamilton gracias a una beca, porque si ya el nombre no lo da a notar... sí, es una Institución para gente adinerada. Mi hermana menor consiguió una gracias a su música y yo, para no quedarme atrás decidí probar con mis notas, ambas estamos dentro ahora, a pesar de estar en pabellones separados. Lucía, mi hermana menor, entró desde primero en su pabellón y al ser dos años mayor que ella tuve que iniciar en el bachillerato sin su compañía, algo a lo que estaba acostumbrada. Lucía era mi escudo protector, sin ella las cosas no salieron bien y mi primer día en la preparatoria no fue como me lo había planteado, digamos que fue un poco extremista, bueno, un poco bastante extremista.

Caminaba por esos enormes pasillos, mientras miraba el papel que tenía en mis manos y este decía salón 2B. Había pasado la mayor parte del tiempo buscándola pero me estaba cansando, intenté preguntar en varias ocasiones pero nadie me ayudó y agradecí al cielo cuando vi el pequeño letrero sobre la puerta que marcaba el salón que buscaba. Tenía una sonrisa que se borró al estar dentro, todos tenían la mirada sobre y no es que no me guste la atención... sí, la odio. Pero es porque cada vez que la tengo no es por, ni para nada bueno.

Eh... hola.

Ash, qué horror. Otra becada de mierda dijo una chica que estaba sentada en la mesa del profesor algo que de donde yo vengo no se permite. Usaba el mismo uniforme que yo, sólo que a ella se le veía diez mil veces mejor que a . Tenía el cabello color miel, su piel estaba bronceada y sus ojos eran de un hermoso tono café, la falda estaba arriba de la mitad de su pierna, y algo me decía que mejor no dijera nada. Todos trataron de disimular una sonrisa, ella se puso de pie y dos chicas más se pusieron a su lado . Pensé que a esos estúpidos maestros les habíamos dejado claro que no queríamos becados en nuestro salón, y lo peor es que nos vino una friki cuatro ojos.

¿Obsesión o Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora