¿Obsesión o Amor?

Capítulo 8

Malos entendidos

Me dediqué a mirar el techo de mi habitación.

—¿Luna puedo pasar?

—Adelante.

Esa era Amelia, mi prima, ella era de mi Instituto pero no me hablaba allí puesto que decía que sus amigos le harían a un lado si ella me hablaba. Nuestros tíos habían venido a quedarse en casa este fin de semana y por ello ella estaba aquí, me irritaba de sobremanera, ella era muy mentirosa y siempre me metía en problemas con mis padres. Se sentó en la cama y se cruzó de piernas sin permiso, traté de ignorar mis ganas de decirle que se fuera.

—¿Puedo preguntarte algo?

—Bueno. Ahora estoy leyendo y...

—¿Es cierto que eres novia de Christian Levine?

¿Y a ti que te importa?

—Eh... así es.

—¿Qué le hiciste?, ¿brujería?

Hija de puta.

—No... simplemente pasó.

—Mentirosa apuesto a que le hiciste algo, ¿porqué se fijaría en algo como tú?

¡¿Porqué carajo sigo hablando contigo?!

—Te he dicho la verdad.

—Seguro te le has ofrecido.

—No soy como tú.

Mierda lo dije o lo pensé.

—¡¿Qué has dicho?!

—Por favor sal de mi habitación.

Dije levantándome para abrir la puerta y señalar la salida con mi pulgar, me sentía como toda una malota.

—Ni quien quiera quedarse con una rara.

Dijo y salió de mi habitación molesta, me lancé a mi cama con una sonrisa y dormí como nunca antes.

—¡No quiero!

—Anda Luna, Amelia no puede ir sola, después se pierde.

—Pero... papá.

—Nada de peros.

Amelia me miró victoriosa y me puse mi oberol de falda larga hasta la rodillas con mis tennis y mi camiseta de los Lakers. Salimos hacia el centro comercial.

—Eres una mentirosa.

—Me vale lo que pienses pero mis padres no me dejarían salir sola y tuve la excusa de no conocer bien el centro comercial, ahora podré encontrarme con Josh.

—¿Tu novio?

—Ajá.

—Eres una idiota, no me voy a quedar contigo.

—Tienes qué, ya que si no lo haces me perderé a propósito y luego volveré diciendo que abusaron de mí, no creo que tus padres puedan vivir con ello.

—Maldita sea —susurré y nos adentramos al mall, pero de repente Amelia me tomó de la muñeca y me jaló con fuerza para comenzar a correr —. ¡Eh! ¡No tan rápido!

Me soltó de repente mientras mi cuerpo chocaba con otro, mi cara dolía, creo que había golpeado el suelo con esta.

—Auch.

Me tensé, esa era la voz de un chico, mi cabeza estaba literalmente hundida en su cuello y aspiré su aroma en un intento de recobrar el aliento. Me negaba a moverme, es más, mi cuerpo ni siquiera respondía, mis piernas estaban ambas a cada lado de su cadera y mis brazos es su pecho. No sabía qué hacer puesto que en toda mi vida había estado así de cerca de sólo tres hombres, mi papá, Christian y...