¿Obsesión o Amor?

Especial II

La niña que amo
_Jase

—¿Otra vez vas a salir Jase?

—Es que quiero mostrarle este insecto que encontré a Luna.

—Pero si ya va a ser hora de cenar.

—¡Volveré enseguida!

—¡Jase!

Abro la puerta después de amarrar los cordones de mis zapatos y salgo corriendo directo a la casa de Luna, toco el timbre repetidas veces pero nadie abre.

—¿Quién es?

—Señora Petterson, soy Jase ¿Se encuentra Luna?

—Ya le digo que te atienda Jase.

—Muchas gracias señora.

Me vuelvo hacia la calle, está oscuro y sonrío, asustaré a Luna fácilmente.

—¿Jase?

Me vuelvo hacia ella poniendo ambas manos tras mi espalda.

—Luna.

—¿Qué haces aquí a esta hora?

—¿No vine a la piscina o si?

—No tenemos piscina.

—Exacto.

Río ya que Luna no entiende nunca nada de lo que quiero decir, y eso me hace reír mucho.

—¿Qué viniste a hacer entonces?

—A mostrarte esto.

Le muestro mis manos con la araña peluda encima esperando su grito pero no lo hace y me mira extrañada.

—¿Dónde la encontraste?

—¿Eh? En la parte de atrás de mi patio pero, ¿no deberías estar...?

—Tienes que devolverla.

—¿Qué?

—Es lo correcto, es su hogar.

—Pero Luna...

—Pero nada, o sino ya no seré tu amiga.

—Luna, debes dejar de chantajearme con eso, o seré yo quien se aleje de ti.

Me doy vuelta y voy corriendo hasta la casa, entro directo a la cocina para abrir la puerta trasera y suelto a la araña, la veo caminar hasta que se pierde de mi vista.

—Esa Luna, siempre me hace hacer lo que quiere sólo porque sabe que no puedo vivir sin ella, debería conseguirme otra amiga.

—Jase lávate las manos y a comer.

—Seguro.

—Jase, después de cenar termina de arreglar tus cosas.

—¿Para qué?

—¿Recuerdas que hablamos de un viaje familiar?

Asiento mientras mi pecho se empieza a encoger.

—Ya no sólo es de vacaciones, nos iremos a vivir allá.

Desearía no habernos mudado, desearía regresar a esos días, me duelen, mi abuela murió, no nos amaba porque mamá se había casado con alguien que, bueno, con alguien que no debía, aquella noche se habían enterado de ello, en el testamento se decía que tendríamos su casa para nosotros, mi madre era la mayor así que ella sería quien se quedaría con todo, desearía no haber creído en las palabras de papá cuando dijo que sólo dejaríamos la casa por unos meses, desearía no haber sido un niño.