¡Día once!
«No estoy nerviosa, no estoy nerviosa, no estoy nerviosa, no estoy nerviosa, no estoy... ¡¿A quién engaño?! ¡Si que lo estoy!»
El tan esperado día once ha llegado y no pude dormir, pensaba demasiado en Christian, además, no dejaba de pensar en el sueño que siempre me perturbaba desde hace ya varias noches, no lo entiendo, pero me oprime el pecho demasiado, acabo de levantarme mientras trato de recordar un poco del mismo, cuando me levanto ya no lo recuerdo bien, solo siento aquella extraña opresión y una frase:
"No puede terminar algo que nunca comenzó"
—¿Luna?
Me vuelvo hacia Lucía, estaba sirviendo algo de leche en un vaso para desayunar, usualmente desayunamos todos pero me he levantado tarde.
—Hola Lucía.
—Te ves terrible —llega a mi lado y pone una mano en mi frente —. No tienes fiebre, ¿acaso no dormiste anoche?
—Muy poco.
—Tienes que dormir, ve a la cama y te llevaré el almuerzo, no puedes estar de pie, tómate el día para descansar.
—No puedo.
—¿Eh? ¿Porqué?
—Hoy es el día once.
—¿Día once? —asiento bostezando, Lucía parece perdida hasta que abre sus ojos con sorpresa —. ¿Once? ¡¿Ese once?!
Vuelvo a asentir mientras llevo el vaso de leche a mis labios, no llego a tomar un sorbo cuando Lucía me arrastra hasta la habitación.
—¡Lucía! ¡Espera!
—¡Eres una idiota Luna! ¿No era al medio día que venía por ti?
—Si pero...
—Pero nada, ¡sólo tengo dos horas para dejarte hermosa! ¡Eres una insensible!
«¿Saben lo que es tener una hermana músico? ¿No? Pues los que si saben, en serio, son demasiado perfeccionistas.»
—¡Listo! Estás hermosa.
—Lucía, me pica el ojo.
—Sólo será hasta que te acostumbres, ahora, mírate.
Me vuelvo hacia el largo espejo pestañeando varias veces y me congelo, Lucía me dio un pequeño vestido color azul marino, me llega a los muslos con unos botines negros, la chaqueta también es negra y combina a la perfección, me maquilló ligeramente, casi no se nota el maquillaje y me puso lentillas, aunque mi cabello es corto no se ve mal y, por primera vez, me siento guapa.
—Lucía yo...
—Si si, de nada. ¿Qué hora es?
Miro el reloj de pared de la habitación, son las doce en punto, ambas nos miramos y corremos hacia la primera planta.
—¡No puedo creer que de verdad tardáramos dos horas!
—Luna, no es nada fácil la belleza eh, tardamos menos de lo que quería, y eso que iba a ponerte tacones, pero estoy segura de que te habrías caído de cara en el primer paso.
Reímos y nos detuvimos de golpe frente a la puerta, suspiré poniendo mi mano sobre la manija.
«¡Respira Luna, respira, respira Luna, respira!»
—Suerte —asiento y abro la puerta, Christian abre los ojos con sorpresa y me sobresalto, Lucía ríe a nuestro lado —. Hola Christian.
—Hola, yo...
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¿Obsesión o Amor?
Romance¿Sabes qué es estar obsesionado? ¿No? Luna tampoco lo sabía. No sabía que probablemente el amor es lo más cercano a la obsesión. Que te encierra sin salida y que cuando ya estás sumergido en él, ya no hay nada que puedas hacer para regresar. Luna s...