Capítulo 4

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La excusa más estúpida

Christian se puso de pie y se volvió hacia mí extendiéndome su mano sin mirarme, la tomé y caminamos hacia la salida en silencio, estoy segura que después de que salimos todos comenzaron a hablar como nunca sobre el tema.

—Oye —susurré a Christian.

—¿Qué?

—¿Puedes soltar mi mano?

—No quiero hacerlo —susurró algo bajo, tanto que apenas y lo sentí audible.

—¿Qué?

Llegamos al auto antes de que pudiéramos entablar otra conversación.

—¿Lo que hiciste adentro fue real?

Preguntó de repente dejándome sorprendida.

—¿A que te refieres?

—¿Mi amor? ¿En serio?

—Tú... eres mi novio.

—¿En serio piensas que me lo voy a creer?

—No sé qué quieres entonces... ¿qué quieres que haga?

—Yo... no te pedí que seas mi novia para sentirte presionada.

Me quedo callada, Christian estaba nervioso de alguna manera, pero yo no quería creer en él porque sabía que estaba tramando algo tras pedirme que sea su novia. Decidí que la mejor manera para hacerlo sentir que había caído era actuar como si ello me afectase en serio.

—¿Entonces?, ¿qué quieres ?

—Quiero un beso.

—¿Qué?

—Si lo de adentro no fue una mentira, y de verdad lo estabas intentando entonces... termina lo que ibas a hacer.

Dijo poniendo su rostro cerca del mío.

—¿P-pero porqué ahora?

—Sólo porque eso iba a pasar hace unas horas así que no hay problema.

Dijo y tomó mi mano para después colocarla en su mejilla, mi mano temblaba ya que nunca había tocado el rostro de alguien y menos el de un chico.

—Anda, bésame.

—Pues... primero cierra los... ¿ojos?

Su mirada tan penetrante y oscura no me dejaba siquiera respirar, él asintió con una ligera sonrisa arrogante y los cerró, estaba inclinado hacia mí, así que pude ver que tenía tres lunares sobre su ojo derecho.

—Cinturón de Orión.

Susurré mientras inconscientemente lo acariciaba con el pulgar de mi mano, él se separó sorprendido.

—¿Eh?

—Tus lunares están alineados sobre tu ojo derecho y... me recuerda a la constelación del Cinturón de Orión.

—Pues no importa ello, tú sólo tenías que besarme. Pero ahora, por distraerte, tú me besarás mientras te miro.

Estaba hablando rápido, ¿es que le molestó mi comparación?

—¿Eh?

—Tranquila, sólo será hasta que tus labios toquen los míos, después de ello... me consentraré más en explorar tu boca.

Me sonrrojé y bajé mi mirada avergonzada.

—¿Cómo puedes... decirlo con tanta facilidad?

—Porque soy increíble.

¿Obsesión o Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora