Capítulo 24

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ONCE DÍAS |PARTE 3|

Lunes.

Estoy frente a mi casa, sola. ¿Porqué? Le pedí a Lucía que me deje estar a solas con Christian, no sé la razón, pero éste fin de semana ha sido un infierno, no he dejado de pensar en él y en lo que me dijo, Christian cambió, aunque algo me dice que estoy lejos de entender quien es Christian Levine realmente, el Ferrari de Christian se estaciona frente a mí y frunzo el ceño, no recuerdo haberle dicho que Lucía no vendría con nosotros, sale del auto.

—Luna.

—Christian, ¿porqué usas este auto?

—Es mi auto y, Lucía me envió un mail.

«Voy a matar a Lucía, dije que enfrentaría la situación pero, ¡no en un auto tan estrecho!»

—Ya veo.

—¿Nos vamos? —asiento mientras tomo una gran bocanada de aire, abre la puerta del copiloto e ingreso mientras trago, no me gusta éste auto, no me gusta para nada, lo enciende una vez adentro y arranca —. ¿Qué tal tu fin de semana?

—Bien.

Susurro y suspiro, cierro mis ojos durante algunos segundos «No quiero pensar en eso, no quiero pensar en eso»

—¿De veras? ¿Qué hiciste?

—Deberes, libros, ya sabes.

—Interesante.

Sonríe cuando lo miro y mi respiración me pesa. «¿Porqué parece que el auto quiere aplastarme? No, no es el auto»

C-Christian...

Te odio...

—Mi vida no es tan divertida como la tuya Luna.

Vuelve a reír mientras aprieto mis puños con fuerza. «¿El camino hacia el instituto siempre ha sido así de largo?»

—¿P-porqué lo dices?

¿E-eh?

—Porque para mí, el verte, es mi mejor pasatiempo.

Eres... lo que más odio, ¿ser Sarah? ¡¿Quién te crees que eres?!

Detiene el auto ya que otro está ingresando en el instituto pero abro la puerta y se vuelve hacia mí.

—¿Luna?

—Recordé que tengo algo que hacer y...

Salgo y cierro la puerta acelerando el paso cuando estoy dentro.

—¡Luna! —Christian está tras de mí, aprieto la correa de mi mochila, quiero correr, necesito correr, toma mi muñeca —. Espera, Luna...

Me vuelvo hacia él y lo empujo, retrocede con el desconcierto marcado en su frente, los estudiantes a nuestro alrededor se han detenido y me doy cuenta, entonces, que estoy temblando.

—Luna, ¿qué va mal?

Me quedo callada, mi respiración está acelerada y retrocedo poniendo mis manos en mi pecho, niego.

—Todo.

—¿Eh?

—Todo va mal.

Digo y el silencio dentro del instituto es sepulcral, Christian avanza hacia mí y al ver su acción retrocedo, pero no se detiene.

—¿Va mal? ¿Porqué?

—No entiendes.

—¿Es por lo que pasó el viernes? ¿Es por eso? —lo tengo frente a mí, busca mi mirada pero me niego e intento retroceder nuevamente, toma mi mano —. Si es por eso yo...

¿Obsesión o Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora