Capítulo 13

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Extrañas verdades

Recuerdo que la primera vez que lo ví pensé: "un idiota más", no importa cómo lo esté viendo ahora, la idiota fui yo, sabía desde el principio que Christian Levine me haría daño, sabía que estar cerca de él no me traería nada bueno y, aunque al principio lo hice de fuerte, él encontró mis debilidades, me hizo reír, me sonrió de tal manera que creí que era especial, creí que era bonita, creí que le importaba, que sentía lo mismo por mí, que... creí que era su mundo.

Me aburriste

¿Qué sentido tenía decirlo de aquella forma? ¿No podía decir así sea la típica frase de las rupturas y terminar como amigos? No, él es Christian Levine, y no es una persona de exepciones, fui su novia por tres meses, los mejores de mi vida, ¿quién diría que aquello que me había mostrado el camino hacia la superficie, ahora me estaba llevando cada vez más profundo?

—¡Luna detente!

Estoy rota, por dentro y por fuera, me hago daño, estoy loca, no pueden dejarme sola en casa sin miedo a que intente dañarme otra vez, ¿lindo no? No he ido al instituto pero sé que Christian debió volver con Deysi, que la está pasando bien, que no piensa en mí como yo pienso en él, ¿pero qué puedo hacer? Nada, una muñeca de trapo es lo que soy, todos la mueven de un sitio a otro y ella, de todos esos lugares, sólo absorbe la suciedad.

Quiero verlo, necesito verlo, como el aire lo necesito para seguir viva, me siento usada pero aún lo extraño, solo quiero sentir sus labios sobre los míos una vez más, sus brazos a mi alrededor una vez más, quiero sentir que me quiere una vez más.

—¿Estás segura Luna?

Pregunta Jase y asiento, hoy he decidido volver al Instituto, ser fuerte o aparentarlo y sé lo que me espera pero yo misma lo quise de este modo. Jase tiene un viaje con el club de astronomía hoy y no podrá estar conmigo, y eso era lo que deseaba, me separo de Jase ya que es llamado por uno de sus compañeros y me abraza con fuerza.

—Luna... no tienes que hacer esto, no hoy.

—Es lo que quiero, lo que necesito.

Susurré y dando un fuerte suspiro besó mi frente, tomó mi rostro entre sus manos, sentí el viento soplar dándole aire a mi descubierto cuello, ¿descubierto? ¿Y mi cabello? Lo corté, ¿porqué? Porque a Christian le gustan las chicas de cabello largo y necesitaba demostrarle que ya no me importaba, aunque no fuese verdad.

—Vendré al mediodía, ¿aguantarás hasta entonces?

—No soy una niña Jase.

Unió su frente a la mía y cerró sus ojos con fuerza mientras fruncía el ceño.

—Lo sé... lo sé, pero, temo que te hagan daño y que los dejes hacerlo a posta.

—Jase...

—Júramelo, jura que no dejarás que te lastimen.

—Jase.

—¡Júralo!

—Lo juro —asintió y volvió a besar mi frente, lo ví alejarse y miré mis dedos cruzados —. Lo siento Jase.

Caminé por los pasillos en silencio, todos me miraban y susurraban a mis espaldas, ¿por la ruptura con Christian? ¿Por el corte de cabello? ¿Por mis lentes? Solo volví a ser la Luna de antes, la que no conocía a nadie, la rara. Entré al aula y todos estaban mirándome, suspiré preparada para lo que vendría

—¿Así que has cortado con Christian?

Miré en toda el aula, Christian no estaba, ni Camila, ni Carol, aunque no sé porqué tenía la sensación de que, aunque estuvieran aquí, no me ayudarían.

¿Obsesión o Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora