My Friend Of Misery (Metallica, Jameson)

Capítulo 6: Conociendo a Paul Baloff y vuelve Gary el "Insoportable" Holt.

Sus ojos celestes me atraparon mientras me contaba las miles de bandas que conocía y quizás yo también pero le resté importancia, sus sonrisas me daban escalofríos y su mirada revoltijos en el estómago.

¿Por qué siento esto? Apenas lo conozco

--Y entonces fue así como maté a mi gato- dijo observándome serio.

-¿Qué?- dije impresionado.

James empezó a reirse a carcajadas, tomando su estómago.

-Solo bromeaba, quería saber si me escuchabas. Hubieras visto tu cara- dijo calmándose un poco. Reí también, su risa era contagiosa.

Jason que meloso eres.

¡Shhh! Está riendo y no quiero perdérmelo.

Miré mi reloj de mano y ya eran las cuatro y cinco pm. ¿Tan rápido se pasaron las dos horas? James volvió a su faceta seria y dejó de prestarme atención, como si no existiera y estuviera él solo.

El rubio se paró y tomó su mochila.

-Debo irme, adiós- saludó con la mano y salió del salón.

Seguía sentado procesando lo que paso.

¿Procesando qué? Si no pasó nada, solo fue una charla amigable.

~~~~~

Llegué a casa y cerré la puerta.

-¿Dónde estabas Jason?- giré y Alex estaba cruzada de brazos tal como hacía mi tía enojada -Se supone que tenías que llegar hace más de una hora- dijo caminando hacia mí.

-Lo sé- contesté "borde", me saqué la chaqueta de cuero y la colgué a un costado, estaba por ir a mi cuarto pero Alex me detiene tomando mi brazo.

-¿No vas a decirme dónde estabas?- negué.

-No te incumbe- la aparté de un roce. Apenas y lograba llegar a mi hombro.

Como Lars, él todavía no olvida lo que le hiciste.

Pestañé para olvidar esa frase e intenté subir.

-Jason dime- insistió volviendo a tomarme del brazo. Comenzaba a enojarme.

-Me he quedado en la puta escuela, porque me han dado una sanción Alexia- dije casi gritando. Retrocedió aturdida.

Que imbécil eres ahora la perderás a ella también.

Agité mi cabeza y acomodé mi cabello rizado hacia atrás.

-Lo siento Alex, sólo no le digas a tus padres- ella se acercó y tomó mi mano.

-Te la debo Jase, no diré nada- sonrió y me abrazó.

Esta chica tiene una gran paciencia y un gran corazón.

La abracé también y apoyé mi mentón en su cabeza.

-¿Me contarás sobre ese tal Paul?- le pregunté sacándole una risa.