Ojos En La Oscuridad

Capitulo 7: La Puerta Escondida (II)

Maya tubo que sentarse en el suelo tras leer y releer lo que acababa de descubrir sobre Alma. Que narices era todo aquello?
La lectura la había aturdido tanto que ni se inmuto de que Sarah la estaba llamando. Finalmente, su amiga fue hacia ella y la zarandeó para que volviera en sí.

-Maya, me estas escuchando?- dijo entonces, esta la miró con cara de ausencia, ni se acordaba de que también estaba en el cuarto.
- Sara, que ocurre?- preguntó su amiga con preocupación. Pero no respondió. Aun estaba en trance por lo que había leído. - Ven, tenes que ver esto.- Y ayudándola a ponerse en pié, la condujo hacia la habitación oculta. Cuando entró en ella, Maya tubo que ahogar un grito de terror. Aquel cuarto parecía mas bien un ropero hecho cuartillo que otra cosa, era estrecho pero largo, las dos amigas cabían juntas y aun sobraba espacio. ¿Como era posible que jamás hubiese reparado en aquel cuarto? También tenia que decir, que hacia mucho que no entraba en aquella casa y Alma no permitía que nadie entrase en su cuarto. Ni siquiera sus propios padres...

En su interior, había pegados por todas partes diferentes dibujos de cosas extrañas, una daga, una túnica, diferentes tipos de símbolos... era como si Alma hubiese estado recopilando toda aquella información. Entonces, Maya se acordó de lo que había leído en el diario, aquellos dibujos eran imágenes de lo que Alma había visto en aquel lugar. Bajo cada uno de ellos, había una pequeña anotación a pie de pagina donde ponía muy resumido la información que había ido recopilando y junto a cada nota, un numero con un asterisco, " Mas info en el ordenador" rezaba como pie de pagina, y así con todos los dibujos. Maya y Sarah siguieron observando los dibujos y entonces repararon en una pequeña mesa improvisada que estaba justo en frente de ellas, las dos se miraron sorprendidas, ¿como no habían reparado en ella? las dos se acercaron y en ella vieron lo que tanto temían, un tablero de ouija rodeado por velas negras e incienso y junto a el, el aparato para poder comunicarse con los espíritus.  

Justo debajo del tablero, se encontraba otro portátil, Maya lo cogió y salio del cuarto/armario con el, se sentó en el suelo y lo encendió, por suerte tenía batería, "menos mal, no tiene clave de acceso..." dijo Maya, Sarah que venia tras ella se sentó a su lado y la miró con cara de preocupación. 

Maya ni se inmutó de su presencia y comenzó a abrir carpetas y leer su contenido en algunas había imágenes idénticas a los dibujos de Alma. Estaba dividido en diferentes carpetas, dagas símbolos colores... pero la que mas le preocupó fue una que ponía "OUIJA" en mayúsculas y entre paréntesis la palabra "Espejo".
Maya accedió a la carpeta y comenzó a leer en silencio, no llevaba mas de diez lineas cuando dejó el portátil en el suelo y comenzó a pasearse por la habitación muy nerviosa mirando constantemente hacia el cuarto donde estaba el tablero. Sarah tomó el portátil y leyó lo que minutos antes había leído su amiga. Su cara palideció.

-Maya, no estarás pensando en...?- entonces su amiga fue a por el tablero pero, cuando fue a salir con el, la puerta se cerró de golpe- ¡Maya no!- gritó Sarah pero ya era demasiado tarde, la puerta no se abría y no podía escuchar nada. Sarah golpeo la puerta con fuerza pero nadie respondió. Asustada, salió corriendo móvil en mano y marcó apresurada mente con lagrimas en los ojos.

-¿Hola?- dijo tragando saliva.- ¡tenéis que venir todos ahora! Por favor os necesito, se trata de Maya...

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Unas horas mas tarde...

Había pasado ya un rato desde la llamada de Sarah, Pablo y yo no cruzamos palabra, parecía que lo sucedido anteriormente en mi casa había pasado a ser un recuerdo lejano del pasado... el taxi nos dejó en un barrio residencial donde había casas enormes, Pablo pagó al taxista y nos adentramos en una de las calles, allí en medio de la penumbra se encontraban Marcos y Carlos junto con Sarah. Esta última con lagrimas en los ojos... Pablo la abrazó con fuerza.

- Que a sucedido? Donde esta Maya, Sarah?- la chica tragó saliva pero no pudo contestar. Marcos, que estaba junto a ella, habló por la chica.
-Maya tenia que venir a empaquetar las cosas de Alma y Sarah la acompañó para que no se quedase sola. Entonces, encontraron una puerta que no era una puerta y daba a un cuarto, no sin antes haber encontrado el diario de Alma, donde ponía que había estado con gente muy rara... luego encontraron un tablero de ouija y Maya volvió a entrar en el cuarto pero la puerta se cerró sin mas y Sara intentó abrir la puerta pero no pudo y bueno, eso es todo.
- Tenemos que entrar y sacar a Maya de ese sitio. -Dije yo sin pensar. Todos se giraron hacia mi.- Y largarnos de aquí cuanto antes...- Fue entonces, quizás por el cansancio o la emoción, pero me pareció haber visto a Alma en la ventana, mirándonos con cara de maldad... todo mi cuerpo se estremeció pero no quise decir nada a nadie.
- Susi tiene razón.- Dijo Pablo cogiéndome por el brazo.- Vayamos a por Maya y marchémonos cuanto antes...

Todos nos pusimos en marcha encabezados por Sarah. Cuando entramos en la casa, una extraña sensación invadió mi cuerpo, el aire, antes puro, se había tornado mas pesado mas denso, hacia un calor algo sofocante para estar a esas fechas, me daba la sensación de que alguien nos observaba desde todos los rincones oscuros de la casa... subimos las escaleras hacia el cuarto de Alma, lo que antes era sofocante cada vez era mas frío, pero a medida que nos acercábamos al cuarto, al final de la escalera, un fuerte olor a podrido invadió mis fosas nasales, a caso yo era la única que lo notaba? Era imposible que el resto no se dieran cuenta... volví a echar un vistazo a mi alrededor, cada vez estaba mas convencida de que algo no iba bien y que algo o alguien nos seguía muy de cerca.

Nos paramos junto a la puerta de Alma. Sarah la miró extrañada.

- Que raro, juraría que cuando salí corriendo esta puerta estaba abierta...- Pero antes de que ninguno pudiéramos responder, la puerta se abrió ante nosotros como por arte de magia. Todos nos miramos sin decir nada, fue Pablo quien dio el primer paso hacia dentro y todos lo seguimos. Cuando entramos mi cuerpo empezó a temblar. Todo aquello era irreal.

- No me fastidies...