Capitulo 9: Espejos Rotos

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Comencé a pasear por el lugar, totalmente desierto, solo se escuchaba mi respiración y el eco de mis zapatos. Notaba escalofríos cada vez que miraba a mi alrededor y veía todo aquel bosque de espejos, había de todos los tamaños y formas, lo mas sorprendente es que todos ellos estaban flotando. Aquel lugar no tenia fin, era interminable, mirara por donde mirara había espejos, ya llevaba un buen rato andando cuando, por fin, algo llamó mi atención, en el suelo, sentada, se encontraba Alma y, junto a ella, Maya. Las dos estaban hablando tranquilamente hasta que repararon en mi presencia.

-Hola Susi.- Saludo Alma sonriente.- Al finas as conseguido llegar, me alegro. Siéntate por favor, no tenemos mucho tiempo.

Yo obedecí. Me senté junto a ellas y vi en el suelo el tablero. Estaba iluminado por una vela blanca. Aquello me tranquilizo. El blanco era la pureza en todo lo relacionado a la magia.

- Creo que vosotras ya os conocéis. Isa siento mucho que te ayas visto involucrada en toda esta historia... pero tienes que saber el porque. - Alma cerró los ojos y comenzó a relatar los sucesos. - desde que pase al otro lado, me e ido enterando de cosas. Susi de pequeña tus padres te mandaron a un psiquiátrico porque decías ver y oír cosas que no eran reales... - Aquello me dejo perturbada, como podía saber aquello Alma. Aquel, había sido mi mejor y mas guardado secreto. Nadie jamas debía saberlo. - te encerraron y te hicieron cosas horribles. Por eso no creías nada cuando ibas a los sitios y escuchabas cosas que no eran reales. Porque habían conseguido bloquear tu sexto sentido. Pero ahora a vuelto, no es así? Notas cosas que los otros no percibir.- yo trague saliva incomoda. Alma, si es que realmente lo era, porque ya no me fiaba, estaba sacando a la luz mis peores temores, y eso no me gustaba.
- No te fías de mi, no es cierto? - dijo de repente Alma, pero su voz ya no era tan amigable. Tenia un punto de maldad.
- Te dije que Alma vendría a por ti...- Dijo Maya, pero no era realmente ella. Estaba como ida.
- Hay Susana. Mi pobre e ingenua Susanita. Que te creías? Que estabas aquí para encontrar respuestas? Y bueno, respuestas vas a encontrar porque vas a quedarte en este lugar muchísimo tiempo. - dijo sonriendo con maldad. - No tenias que haberte acercado a Pablo, Susi. Yo os vi, en la cafetería, como le cogías de la mano cuando te relataba su historia, y el que nunca me a hecho el mas mínimo caso, no te apartaba de su lado!- cada vez, Alma se ponía mas furiosa, a cada palabra que iba diciendo, su cara se tornaba mas demoníaca y menos persona.- tu me lo has robado y ahora te quedaras aquí pudriéndote mientras yo vuelvo y me quedo con Pablo.
Aquello me hizo reaccionar. Todo aquel paripé lo había hecho por Pablo, y lo peor, quería suplantarme, quedarse con mi cuerpo mientras yo no podía hacer nada por salir de aquí. No espere una invitación y salí corriendo de aquel lugar. Tenia que encontrar la forma de salir de alli o por lo menos, advertir a Pablo y a los otros de los planes de Alma.
- Puedes correr pero jamas podrás salir de mi laberinto de espejos Susi. Esta será tu prisión permanente!- Oí gritar a Alma. Y luego como se reía sonoramente. Yo intentaba no hacerle caso. Necesitaba salir de allí cuanto antes.

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Por otra parte, en el cuarto de Alma, Pablo y los otros tenían sus propias preocupaciones. Las pocas cosas que quedaba en el cuarto habían comenzado a salir disparadas contra ellos y cada vez que intentaban acercarse a Isa algo se lo impedía.

- Pablo tenemos que salir de este sitio ya!- le grito Carlos muy nervioso- Maya esta inconsciente y a Isa no la podemos tocar.
-Iros vosotros yo no me voy hasta que no pueda sacar de aquí a Susi!- Contesto Pablo enfurecido.- No pienso dejarla así.- Carlos acepto y entre el y Marcos cogieron a Maya y la bajaron con cuidado. Las luces de la casa comenzaron a parpadear cada vez con intervalos mas frecuentes y por donde pasaran los chicos los muebles y sillas salían disparados hacia ellos. Cuando por fin llegaron a la puerta principal, Marcos Sarah y Carlos se encontraron conque había una barrera de muebles que no les permitían acceder a la salida. Dejaron a Maya en el suelo y los tres amigos comenzaron a quitar todo lo mas rápido posible.
- Aun no os habéis enterado o es que no queréis verlo? - Dijo por detrás de ellos la voz que salia de Maya. Los tres amigos se acurrucaron junto a una mesa mientras veían como Maya con los ojos en blanco comenzaba a flotar.
- Ninguno va a abandonar esta casa hasta que Alma lo permita!- Y dicho esto, comenzó a tirarles todo tipo de objetos. Los tres amigos salieron corriendo cada uno por donde pudo.

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Yo seguía corriendo sin rumbo, notaba el gélido aliento de algo que no podía ver pero si notar en mi nuca. Y una mano invisible como se cernía sobre mi cuello impidiéndome seguir adelante. "Respira Susi, respira relájate y piensa" Entonces lo vi claro, los espejos eran la clave! Todos tenían una película de vapor todos excepto uno. Corrí con todas mis fuerzas hacia el pero cuando llegué, Alma ya me estaba esperando.
- Te dije que no ibas a escapar. Pero me sorprende que ayas llegado tan lejos.
- Voy a salir de aquí y si tengo que pasar por encima de ti, ten por seguro que lo haré!- le grite como si eso fuese a cambiar algo, pero por lo menos me hacia sentir mas fuerte. Alma comenzó a reírse. No me tomaba enserio. Así que hice algo drástico. Con todas mis fuerzas empuje uno de los espejos y lo rompí en mil pedazos. Aquello provocó una reacción en cadena, y todos los espejos comenzaron a estallar.
- Que has hecho? - grito Alma con los ojos desmesuradamente abiertos. Por vez primera, sus ojos estaban llenos de terror.- No sabes lo que has desatado. - me giré y vi como una gran humareda venia velozmente hacia nosotras. No había forma de esconderse así que esperé que fuese rápido e indoloro. Aquellos instantes se me hicieron eternos, pensé en todo sucedido el bar, el baño con Alma muerta, el cementerio, el cuarto de Alma y Pablo, exacto, si tenia que estar en ese lugar por siempre, Pablo tendría que ser mi ultimo recuerdo. Sus ojos, su cuerpo, sus labios al rozarme, sus manos... aquellas maravillosas y fuertes manos que me habían protegido tantas veces... era extraño, parecía como si las notara en mi brazo como si tiraran de mi. "Vuelve conmigo..." aquella voz... aquella voz era, ¡Pablo! Abrí los ojos y vi como a mi alrededor había un aura de cálida luz y en el espejo, mi reflejo en el suelo y como Pablo me tenia sujeta. Era la hora, sin pensarlo dos veces corrí hacia el espejo rompiéndolo a mi paso en mil pedazos. No quise mirar a tras, no sabia que le iba a pasar a Alma, solo recuerdo que todo me dolía y luego, oscuridad.

Ojos En La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora