Capitulo 18: Reacciona Susi!

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- Vamos Susi despierta!- aquella voz... como si de una pesadilla despertase, por fin vi ante mi a Pabla.
-Pablo? Estas vivo!- Grité abrazando con fuerza al chico. La neblina había desaparecido por completo y allí estaba Pablo, junto a mi. Entonces en el suelo inconsciente, vi a Juanjo. No se si por instinto o precaucion cogi unas tigeras muy afiladas. Pablo me ayudó a bajar y salimos corriendo de aquel lugar.
Donde unos instantes antes había habido gente gritando y fornicando, ahora solo se encontaban las tunicas pisoteadas.
- Cuando entramos, la gente se asustó por miedo a que fuese la policia y uyeron todos.- Me explicó Pablo. En las puertas nos esperaban Sarah y los demás. Pablo me cogió la mano y salimos corriendo de aquel lugar, corrí sin mirar a tras, hasta que el frío de la noche rozó mi cara, junto con las luces de los coches patrulla de la policia, me taparon con una manta y una mujer comenzó a tomarme declaración, mientras un grupo armado entraba en la casa.
Yo aun seguía teniendo las tijeras en la mano, aferrandome a ellas, como si de un talismán o más bien, un medio de protección se tratase... las había cogido inconscientemente por algún motivo y no tenía intención de soltarlas.
Los primeros rayos de luz comenzaban a asomar cuando los policías salían de la mansión, uno de ellos se acercó a Pablo y se lo llevó apartado del grupo, y  comenzó a preguntarle, la cara de Pablo cada vez era más pálida, hasta que, ya no pudo más y explotó.
- ¡¿Cómo que no está?!- todos nos giramos para mirarle y prestar más atención, el policia, le puso las manos en los hombros para tranquilizarlo pero Pablo se separó de él. Yo aparté la manta con la que me habían cubrido y fui hacia ellos haciendo caso omiso a los gritos de la policia que había estado junto a mi todo ese tiempo.
- Pablo, que sucede?- el policia intentó separarme pero yo no me moví, Pablo se giró hacia mi y solo dijo dos palabras que resonaron en mi mente. "¡No está!" Aquello me dejó anonadada. ¿Cómo que no está?  Aquello me puso isterica, la mujer que había estado conmigo intentó cogerme pero yo me deshice de ella con furia "No me toque!" Y entré en la casa corriendo, aquella casa que horas antes había sido un calvario para mi, ese sitio al que desearía prender fuego... aquel sitio infernal. Tras de mí escuche los gritos de la policia intentando detenerme, pero nadie iba a pararme, entré en la sala y estaba toda vacía, con un cordón policial, y en el centro imponente el altar, me acerqué con temor hacia él, mis pisadas hacían eco en la sala, miré el altar, ahora a pocos centímetros de distancia, todavía estaban el cuchillo y el cuenco, aquello me estremeció, y, sin venir a cuento, mi corazón se aceleró al notar un aroma dulzón que venia de muy cerca. Aquel olor inconfundible, Juanjo no había salido de aquel lugar, lo presentía, y el sabia que yo estaba allí, justo donde el me quería, sola e indefensa. Pero ya no le tenía miedo, aquello ya había pasado, cogí las tijeras con fuerza, y sin pensarlo dos veces subí al altar para dislumbrar toda la sala,
-Aquí me tienes! Sal ya!- Grité con rabia. - Se que estas aquí! Sal ya!- mire a mi alrededor, donde estaba? Todos mis sentidos estaban alerta. Y mi instinto no me había fallado. Estaba convencida de que estaba allí, esperando a que bajase la guardia. -No te tengo miedo...- miré a mi alrededor y mis ánimos decayeron... donde estaba... me senté en el altar esperando una señal. Pero nada.
-Señorita, baje ahora mismo!- dos policias con gorras entraron en la sala, -No debería estar aquí, por favor,  vaya fuera.- rendida, bajé y fui hacia ellos. El veterano habló por la radio dando instrucciones mientras que el joven esperaba sus ordenes. -Enseguida sale,- dijo mirandome. -yo me quedaré aquí un poco más. Cambio y corto. Llévala fuera y no la pierdas de vista, me oyes novato?- yo empecé a caminar unos centímetros por delante cuando el más joven se quitó la gorra, mi cara fue de terror al comprobar que no era otro sino el propio Juanjo.
-Agente es él!- Grité con un nudo en la garganta. El hombre mayor apretó el botón de su emisora pero Juanjo le disparó desplomandolo. Yo grité con todas mis fuerzas y heche a correr todo lo que pude, aquel lugar era un laberinto, por donde había entrado?
- Es inútil que corras Susi, estos son mis dominios, puedes esconderte pero jamás saldrás viva de este lugar.
-Ni tu tampoco -y sin pensarlo le clave las tijeras en el costado, y salí corriendo.
-Seras puta!- Gritó él de dolor. -Te encontraré y haré que sufras!
La voz de Juanjo sonaba lejos pero esta vez no iba a engañarme. Vi al policia tendido en el suelo y le tomé el pulso. "Lo tiene débil, porfavor sigue conmigo" tomé su radio y hable por emisora, "Agente herido en el interior de la casa! Por favor que venga alguien a ayudarnos! Juanjo esta vivo y va disfrazado de policia!" Grité sollozando cuando un proyectil me rozó la mano. Juanjo estaba a pocos metros de mi.
Cogí el arma del policía y me cubrí cómo pude mi única salida era entrar otra vez en la sala ceremonial y sabía que si lo hacía estaría a su merze. Pero no tenia otra solución, heche a correr con la esperanza de que se le ubiesen terminado las balas, pero no fue así, el era un cazador, y yo era su presa.
Entré en la sala y me escondí tras el altar, y luego escuche los pasos seguros de Juanjo y como cerraba la puerta tras él, no había salida y ahora no era un sueño... Era una puta pesadilla.
-Aquí me tienes Susi, solos tu y yo, nadie nos va a molestar, -dijo empezando a dar vueltas por la sala. -No tienes escapatoria. Porque no lo haces más fácil y sales. Lo pasaremos bien, antes de que te mate!- un proyectil rozó su brazo. -muy bien, tu lo has querido, lo hacemos por las malas!- y corrió hacia donde yo estaba escondida y tiró de mi con fuerza, subiendo me al altar, sus ojos estaban fuera de sí, como idos, me arrebato el arma y la tiró fuera de mi alcance. -No deberías jugar con armas de fuego, -dijo apuntando me con la suya en la cabeza y tapando me la boca- te podrías disparar.- dijo riendose mientras a mi se me saltaban las lágrimas, aquello era el fin... cerré los ojos con fuerza y desee que fuese rápido, un segundo después escuche el disparo, y noté como un peso muerto caía sobre mi. No había muerto? Abrí los ojos y vi el cuerpo sin vida de Juanjo sobre mi y a pocos metros a Pablo con la pistola en la mano.
No recuerdo nada más porque pedí el sentido...

Ojos En La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora