Mi nombre es Emma Hamilton, tengo 18 años, soy depresiva y no tengo miedo a morir. Desde que cumpli los 12 años comencé a cortarme, mi vida siempre fue un asco no importara que tanto intentara mejorarla o cambiarla.. todo a mi alrededor estaba cubie...
A veces la verdad duele, pero es el dolor el que nos demuestra que seguimos vivos. Es el dolor quien nos asfixia y debilita pero también quien nos hace saber que aún podemos sentir. Cuando ya nada quede... será el dolor quien nos motive a decidir que paso debemos seguir, cuál será el camino que nos lleve a nuestro objetivo final.
E irónicamente será el dolor la única verdad.
He callado muchas verdades en mi vida, las he camuflado de mentiras blancas, a medias, verdades omitidas... pero hay una que aunque no la diga en voz alta no deja de ser verdadera, aunque solo este escrita aquí, entre mis más profundos pensamientos sigue siendo real. Puede que por un tiempo lo haya sabido pero no quería verlo propiamente como es, y quizás si esta verdad fuese dicha en voz tridente o pacifica no sería tomada más que como un delirio... pero sé que está ahí. Solo me hizo falta una noche para convencerme de ello.
Niall no me necesita... no como yo lo necesito a él.
Y al principio no sonaba como algo de tanta importancia... es decir, ¿Qué había de malo en que él no me necesite? Aunque ni siquiera podía contestar por mí misma esa pregunta, me pareció algo estúpido... hasta el día de su fiesta de cumpleaños. Lo dije antes, sé que la vida, su vida, continuó aunque yo no estaba ahí pero hasta cierto punto... pensé que de alguna forma seria esencial en su vida porque es lo que me hace sentir cada día que pasamos juntos y ya no estoy completamente segura de haber recibido bien el mensaje correcto. Sé que me ama... es lo único que hasta ahora no puedo poner en duda, pero siento como si fácilmente pudiese escaparse de mis manos. Verlo rodeado de amigos... sonriendo, divirtiéndose... preguntándome si él es de esa manera cuando está conmigo y comienzo a dudarlo. Mi vida está rodeada casi completamente de un aura gris que cada vez oscurece más y más y no quiero que eso le afecte aunque desesperadamente deseo mantenerlo cerca... asique siempre tendré ese dilema.
Pase casi todo el tiempo mirándolo desde un rincón, sin intenciones de inmiscuirme en su celebración. De a momentos cruzábamos miradas y le sonreía, quería que el pensara que todo estaba bien... era su cumpleaños... no se trataba de mis dudas o temores. No era tan egoísta. Me alegre por él, por supuesto que iba a festejar su alegría... verlo de esa manera llenaba aún más mi alma. Louis se pasó casi todo el tiempo cerca de mí, regalándome sonrisas y algunos apretones amables para dejarme saber que estaba ahí si necesitaba hablar. No podría estar más agradecida de la gente que me rodea ahora. Asique aquí estoy ahora... dejando que el poder de la duda y verdad me consuman. Buscándole el significado a esta diferencia de necesidad... si es que hay alguno.
Creo que solo tengo miedo de que para él sea más fácil olvidarme.
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