CAPÍTULO 12

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La cafetería a la que solía ir Kate Anderson era Starbucks Coffee. Era la más cercana a su trabajo, cerca de Times Square. Era un local pequeño, pero acogedor. Tenía una gran ventana, por la que veías pasar los automóviles y a las personas. Algunas iban con prisas y muy arregladas, otras paseaban perros e iban cómodas, había algunas que hablaban por teléfono o con otras . Y niños pequeños sosteniendo la mano de sus madres, o enfadados con ella. Es allí donde habían quedado los compañeros.

Podías pasarte horas mirando al exterior sin ni siquiera aburrirte. Era un buen lugar para reflexionar sobre los acontecimientos que habían pasado recientemente. ¿Y qué mejor forma de relajarse y saber más cosas sobre la víctima visitando los sitios a los que ella iba? A los inspectores les causó una buena impresión.

Los tres agentes de policía, se sentaron en una mesa al lado de la ventana. Según la camarera a la que habían preguntado, Kate Anderson siempre se escogía ese lugar para tomarse un aperitivo. Era fácil comprender el porqué. Estaba situada un poco aislada. Nadie molestaba en ese rincón. Podías observar a la gente por la acera. Y podías tranquilizarte y pensar en muchas cosas cuando te encontrabas confuso o nervioso.

Ya que se encontraban en una buena cafetería, pidieron un café. Esta bebida, tenía buena fama entre la población. Era un descafeinado de tueste natural, con leche condensada, azúcar, sirope y fideos de chocolate. Era, sencillamente, exquisito.

Se quedaron en silencio un buen rato mientras lo disfrutaban, hasta que Paul dijo:

-Verdaderamente, no sé quien pudo matar a Kate Anderson. Lo tenía todo. Un novio con el que estaba punto de casarse, una gran hermana, amigos, le iba bien en su trabajo...

-Llevo haciéndome esa pregunta desde que encontramos el cadáver.- respondió Angelina mirando al vacío.

-¿Por qué tiene que morir gente? Por eso me hice inspector. Porque no soportaba como algunas personas hacían cosas mala delante de todo el mundo y nadie, nunca se paraba a ayudarlas. Es algo imperdonable.

-¿Soy yo, o este sitio saca de tu interior todos los pensamientos y sentimientos más profundos de tu corazón?- preguntó James.

-Estoy contigo, compañero.- coincidió Paul.

Permanecieron en silencio durante eternos segundos. Hasta que se le acercó un hombre joven. Era alto, delgado, de tez pálida y ojos azules. Su cabello era rubio y tenía los labios finos.

Aquel individuo, llevaba camisa y pantalón azul marino, más oscuros que sus ojos. Iba elegante, como para una cita. Les miró asombrado, desde luego, no se esperaba encontrarse con el trío en aquel momento.

-Eh... Perdonen. No quería importunar. Esperaba a una persona.- dijo el muchacho. Parecía incómodo y desilusionado por razones que sólo él conocía.

-¿Por casualidad usted espera a Kate Anderson?- preguntó audaz Angelina.

-Sí...¿Cómo lo sabe?

-Porque parece que la estabas buscando. ¿Por casualidad sabe usted algo sobre su asesinato?

-¿Qué? ¿Está muerta?- preguntó incrédulo.-¡Eso es imposible! Sólo hace unas horas que me llamó para quedar aquí.

-Eso es imposible. Encontramos el cadáver hace tan sólo unas semanas.- repitió la inspectora.

-¿No me cree? Compruébelo. Aquí está su llamada. Puede escucharla.- la retó, cogiendo el teléfono y buscando la prueba que demostraba su veracidad.

-Me encantaría.

Angelina cogió el móvil y comprobó si decía la verdad. Puso el altavoz, para que todos pudiesen escuchar la voz de Kate.

Y en efecto, allí estaba. Era la voz de la muerta. No cabía la menor duda. Incluso la hora y el día coincidían con la versión de aquel hombre.

"Eh... Jonas, ¿qué tal? Por aquí todo va bien ¿Qué te parece si quedamos hoy a las tres en la cafetería de siempre? Tengo que contarte muchas cosas..."-decía el mensaje.

Corroboraba la versión del joven. ¿Pero cómo pudo enviar ella ese mensaje si había fallecido?

-Señorito Jonas. Soy policía de Nueva York, y estos son mis compañeros Paul Jeferson y James Street.
"Yo soy Angelina Leave. Creo que usted tendrá que acompañarnos a comisaría para hacerle unas preguntas sobre vida de Kate Anderson."

Jonas se quedó inmóvil. No daba crédito a lo que decía la inspectora. Sin embargo, asintió y se encaminó hacia la puerta; seguido de los tres. Creían haber encontrado más información sobre la muerta.




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Este capítulo está dedicado a mis lectores, que siguen mi historia, y a mi compañero Jesús. Que tenía ganas de leer esta novela. Gracias a todos.<3

BUSCANDO AL ASESINO DE KATE ANDERSONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora