BUSCANDO AL ASESINO DE KATE ANDERSON

CAPÍTULO 18

-Señor Snow-. llamó Angelina.-Policía de Nueva York. Abra la puerta.

Mas nadie daba signos de movimiento en el interior del apartamento. Silencio, quietud, eran lo que veían los agentes. Peligro, trampa, engaño.

-Si no me abre, tendré que derribar la puerta, señor Snow-. proseguía.- Y no quiero hacerlo. No me obliga usted.

Por mucho que hablase Angelina, nadie respondía a la voz de ella. No había ningún ser viviente tras esos muros. No se encontraba absolutamente ningún alma.

Cuando finalmente comprendieron que no se hallaba en su apartamento en señor Snow, rompieron la cerradura de la puerta, permitiéndoles así la entrada a su casa. Rápidamente, lo registraron todo. Cada rincón fue revisado con cautela y asegurándose que no estaba allí el acusado, se reunieron los tres policías que llevaban el caso.

-Se ha fugado. Debió de sospechar de nosotros-. sugirió Paul.- Nuestro fallo fue esperar tanto a creernos lo que nos decía el señor Green.

-Tienes razón-.coincidía James.- Es una vergüenza. Le hemos perdido el rastro. A saber dónde está ahora. Con suerte podremos hallar su paradero.

-No podemos perder la paciencia ahora. No en este momento, tan cerca del asesino de Kate Anderson-. animaba Angelina.- No sé, pero aquí hay algo que falla.

-¿A qué te refieres?-preguntó Paul con intriga, a lo que James sólo pudo asentir con la mirada.

-Me refiero a esto, a todo esto-. dijo Angelina confusa.- Primero, nos encontramos a Kate Anderson muerta en su apartamento. ¿Os acordáis? Al principio, creíamos que se trataba de un profesional. Ese corte en el cuello... Después, todas las pruebas apuntan a Sophie Mitchell, por su parentesco a loa Allen que fueron condenados por el asesinato de Acness West, ya sabes, esa muchacha que estaba con tu hermano Carl, Paul. Y porque la Kate Anderson hablada de vez en cuando de ella con su amiga Elisabeth Fox y su hermana Lucy. Después, nos encontramos con Jonas Green, el amante de Kate. Él nos afirma que el señor Robert Snow (con el que iba a comprometerse) la maltrataba y que ella iba a dejarle. Y cuando nos creemos su versión, desaparece del mapa. Pero, ¿qué motivos tendría el señor Snow para matarla, si la amaba?

-No es coherente-. replicó James.- No creo que Sophie Mitchell hubiese matado a Kate Anderson. No tenía motivos. Ella odiaba a su cuñado, y le agradecía el apoyo que ella le brindó en el caso de su hermana.

-Estoy contigo, James-. coincidió Paul.- Pero creo que mi hermano sabe algo que no quiere decir. Es decir, él estuvo con Acness West en el instituto, su conocían. También tenía un amigo del que nunca se separaba. No me acuerdo de su nombre, pero recuerdo que era rubio. Él debe saber algo que no quiere decirnos.

-No te apresures, Paul-. le aconsejó Angelina.- Aunque os llevéis mal, es una acusación muy fuerte. Podrían condenarle muchos años de cárcel por esto.

-Lo sé-. fue lo único que respondió. Parecía que iba a decirle algo más cuando sonó el timbre de su teléfono. Lo cogió lentamente, sin apartar la mirada de la policía, y dijo con voz tranquila:

-Hola. Estás hablando con Paul Jefferson-.

Tras unos segundos, su semblante cambió y se alejó sin mirar a nadie, por lo que se quedaron Angelina y James solos.

-Hay una cosa más-. le dijo James a la inspectora.

-¿Sí?-contestó ella.

-Si al final Robert Snow no es el asesino, donde está. El apartamento parece intacto. Como si no hubiera vivido nunca nadie.

-Es verdad. Está más ordenado que la última vez que vinimos. Si hipotéticamente no fuese él, debería estar cerca, o ya tendría que haber llegado casa. Es muy tarde. A menos...

-Que le hayan secuestrado. Y me imagino quién es su secuestrador.

-Yo también.  Es...

Pero no pudo terminar la frase porque en ese momento Paul llegó corriendo con el móvil en pegado a la oreja. Cuando estovo cerca, le dijo al su hablante:

-Carl, cuéntales lo que me has dicho a mí-. le ordenó.

-Bueno... Esto no es fácil-. empezó a contar por el otro lado de la línea. Fue interrumpido por su hermano pidiéndole que fuese más directo.-Está bien. Hace años, tenía una pandilla de amigos, eran Acness West y un tal George Phillips.