No existe el crimen perfecto.
Angelina Leave es una inspectora neoyorquina. Se dedica a resolver crímenes junto con sus compañeros James Street y Paul Jefferson.
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Angelina trabajaba en su nuevo caso. De vez en cuando, James y Paul venían a su escritorio y comparaban lo que habían encontrado. No podían hacer mucho porque Carl no había terminado de examinar el cadáver.
Todavía no habían llamado a su hermana, y debían hacerlo. Pronto saldría en las noticias y Lucy Anderson se merecía saber la verdad. Así qué cogió el teléfono y marcó en número de su hermana. Esperó. No tenía prisa en comunicarle la horrible noticia.
Cuando Lucy descolgó el teléfono, se oyó una voz muy débil. Un susurro. Pero era tranquilo, así que no debía de saber que su hermana había muerto.
- Buenas tardes, señorita Anderson. Soy policía y mi nombre es Angelina Leave. Me gustaría que hablásemos sobre su hermana.
-¿ Por qué? ¿Ha hecho algo?- preguntó asustada la señorita Anderson.
- No puedo responder esas preguntas aquí. ¿Le apetece que quedemos en la cafetería que hay cerca de Time Square dentro de 15 minutos?- sugirió Angelina.
-Por supuesto.
-Adiós y hasta entonces.
-Igualmente.
Angelina colgó y suspiró. Se levantó y cogió su abrigo negro y su bufanda. Cuando se disponía a salir, Paul la llamó.
- ¿A dónde vas, Angelina?
- A darle mi más sentido pésame a la hermana de la víctima. - respondió Angelina.
-¿ Te acompaño?- le propuso Paul.
- Sí, por favor.
-Entonces... Espérame. Voy a por mi abrigo, hace mucho frío. Ya sabes, Nueva York en pleno invierno...
-Vale.
Angelina esperó tranquilamente a Paul. No tardo mucho, fue muy rápido. En menos de un minuto, estaba junto a ella. Salieron de la comisaría y fueron andando hasta la cafetería, ya que esta, estaba situada muy cerca de Times Square. Cuando llegaron, se sentaron en una mesa a esperar a Lucy Anderson; la que apareció poco después de llegar los dos policías.
Al sentarse, guardaron un pequeño segundo de silencio. Lucy estaba asustada, se le notaba en la mirada. Paul miraba a la calle mientras escogía las palabras antes de decirle algo a su hermana. En este tipo de casos, debías elegir estupendamente lo que ibas a contarle al familiar o ser querido. Debías ser dulce y comprensible.
Y Angelina observaba. Pensaba, al igual que Paul, cómo podía relatarle lo sucedido. Finalmente, fue el policía el que habló.
-Señorita Anderson...
-Llámeme Lucy. -interrumpió la mujer.
- Está bien, Lucy. El caso es que... Su hermana... Falleció hace ya solo un día.
Lucy se quedó petrificada. Casi ni respiraba. Después de unos segundos eternos, habló.
- En realidad no me extraña. No me mal interprete, mi hermana y yo estábamos muy unidas. Pero últimamente la notaba extraña. Nunca me quiso contar nada de su trabajo, ya que era muy reservada, pero de algo sí que llegué a enterarme. Había una tal Sophie Mitchell. No sé quien era.
Hubo otros largos segundos que parecieron horas...
- Gracias, señorita. Pásese por la comisaría para tomarle declaración. Siento lo de su hermana.- dijo Angelina.
Se levantaron, y se fueron de la cafetería. Pero antes de marcharse, los policías vieron como Lucy se deshacía en lágrimas.
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Este capítulo está dedicado a mi familia (sobre todo a mi abuela) y amigos. En especial a mi amigo Sergio y a mis amigas del GIJS. ❤❤❤❤
