CAPÍTULO XV

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Habían unos niños jugando afuera mientras un pequeño, antiguo y rojo carro pasaba por la calle, llegando hasta el bar. Este le bocinaba a (T.N) mientras bajaba ya lista para ir a Dublin, junto a su bolso y sus maletas.
Sin tomarle mucha importancia un gato negro paso en frente de (T.N) cuando Piero llamó su atención

Piero: Al fin. Hasta que bajo -dijo en voz baja- Suba ya al auto.

(T.N): Por favor, dígame que este solo es el auto que nos llevará donde hay un verdadero taxi...

Piero viendo su auto dirigió su mirada hacia (T.N)

Piero:- Por si no lo sabia esto es un Renault 4. Es un clásico!

Sin decir palabra alguna (T.N) decide dirigirse al asiento del copiloto, que como sabrán es Europa y este es del lado izquierdo.

(T.N): Confirmó lo que pensé.

Piero: Tranquila, Es sólido, duro como una roca. Lo mueve de un lado a otro, para probar que era cierto. Además es hermoso. Así que suba.

(T.N) Y me imagino que no tiene bolsas de aire ¿Cierto?

Piero:- No la escuches, es una mujer. Ellas así son. -Le susurró al auto, utilizando un tono que se emplea con los bebés-

Él siguió su camino hacia el frente, esperando que la americana se subiera. Pero ella se quedó cerca del baúl. Esperando a que él subiera sus cosas. Y como no se veía iniciativa de parte de Piero dijo:

(T.N) ¿Seria mucha molestia?

Piero: Ah, claro. Se dirigió a abrir él baúl.

(T.N): Gracias... Cuando decidió ir al asiento del copiloto. Escuchó el ruido de su maleta en contra del suelo.

Piero: ¿Como se cierra esta cosa...? Dijo con voz entre cortada.
Tratando de bajar el asa de la maleta.
(T.N) se giro y le dijo

-Quiere tener cuidado? Es un regalo de mi novio...

Piero: ¿Qué, él le compró una maleta?...

(T.N): Es Louis Vutton...

Piero: ¿Qué?... Dijo intentando no reír.

(T.N): Es una Vutton! Repitió-

(T.N) estaba incrédula de que él no supiera que era Louis Vutton. Al ver que Pieron seguía sin entender decidió ir a sentarse.

Piero: Oh! Gusto de conocerlo en persona, Louis. ¿Necesita ayuda para que te suba al auto? - dijo burlón. Tomó la maleta y la lanzó al baúl.- Para que le ponga nombre a una maleta, sin duda debe estar demente!

(T.N) vi como Piero encendió él vejestorio, perdón el auto. Y por fin subió

Piero: Adiós a todos! - Se despidió.

Buena suerte gritaron dos ancianos que estaban ahí.

Apenas el auto arrancó se detuvo un momento, provocando que (T.N) se hiciera hacia adelante. Lo cual provocó que empezaran el viaje discutiendo entre si.

Uno de los ancianos le dice al otro: estos me mataran entre sí....

Sesenta Segundos. Piero Barone Y Tu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora