CUANDO TE ALCANCE. (Chris Evans Y Tu)

Sueños.

Despierto de golpe, siento un intenso escalofrío, abro mis ojos, sentí ahogarme, veo la parte baja de una cama a mi vista a si arriba. Mis ojos parpadean, la luz se ve muy opaca, siento el sudor correr por todo mi cuerpo. Muevo mis pupilas de un lado a otro, pero no percibo nada, no reconozco el lugar, enseguida me enderezo para sentarme, veo a mi izquierda, solo hay una pared, veo a mi derecha, una pared igual. Mi cuerpo se tensa, se paraliza al ver al frente y ver únicamente las rejas de una celda.
¡Mierda, ¿Donde estoy?

-Donde estoy? _Mascullo. En la cama de arriba se asoma un rostro conocido.

-En prisión. _Dice. _-En donde más?

-Tú? _La veo confusa.
-Estas bien? -Curiosea muy confusa también.

-Qué hago aquí? _Pregunto asustada.

-Estas aquí por asesinato, ¿Recuerdas? -Responde. Dirijo la mirada al suelo, un tanto pensativa, recordando lo que había pasado.

-No entiendo. _Susurré. _-Yo ya era libre.

Ella ríe de una manera burlona.
-Fue un sueño! Sólo un sueño. _Responde, recostándose de nuevo en su cama. Ella la pesada de Gina Carano, una loca de mierda, amargada.
¡Mierda, ¿Qué está pasando?

Vuelvo a mi cama enseguida, me recuesto sobre la dolorosa cama de concreto, acomodo mi cabeza en la pequeña cabezera, la mirada la tengo puesta en el catre de Gina. Recuerdo el sueño que tuve, yo estaba con John, mi hermano. En ese estaba otra chica, recuerdo muy bien su rostro, pero no recuerdo su nombre. Recuerdo que también había, un chico, lo recuerdo perfectamente, conozco cada uno de sus rasgos y sé quien es. Sintió al acordarme de él, al recordarme que llevo mas de cuatro años soñando con él. Respiro profundo y me quedo pensando en ese espantoso sueño.

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-Yo aún no entiendo como pude vivir tanto en tan sólo un sueño. _Le comento a Gina, mientras caminamos a la cocina.
-Estuviste dormida por casi 48 horas. _Dice ella. _-Deberías considerar la idea de dejar de mezclar las clonazepam con el alcohol.
-Lo que más me gustó de ese sueño es que estaba con John. _Sonrío.
Llegamos al comedor y hacemos fila para recibir el desayuno.

-Yo lo único que pienso es que, estás ansiosa por salir de aquí. _Comenta Gina.
-No lo sé. _Suspiro.
-Tienes que tener en mente que aún te faltan 30 años por salir de éste horroroso lugar. _Me recuerda ella.
Vuelo la mirada con enfado a ella, mientras recibo la charola del desayuno.

-Te agradecería que dejaras de amargar mi desayuno. _Le digo, remachando los dientes. Vuelvo la mirada al desayuno, y lo observo con asco. ¡Yuuuu! Lo mismo de siempre, ¡Papilla!

-Algun día haré que se coman toda esta porquería... _Señalé las ollas. _-...y sentirán lo que se siente comer ésta basura todos los días. _Le alego a las cocineras.

-Cierra la boca, Nec! _Escucho una voz, la cual no le doy importancia.

Busco con la mirada una mesa desocupada, en la esquina observo una y me dirijo a ella.

-Tienes que aceptar que el mundo está mucho mejor si tú estas aquí adentro, encerrada. -Dice Gina.

Yo carcajeo enseguida, tengo que aceptar que ella en ocasiones es muy divertida, si sigue así, se quedará sin dientes.
Nos sentamos una frente a la otra.

-Cualquiera está mejor si está lejos de mi. _Respondo.

Enseguida llega Rita, una joven que lleva 6 años encerrada en prisión, tímida, loca y esquizofrénica. Cabello rizado, castaño, estatura baja, con gafas.
Bajo su blusa lleva dos revistas con discreción.