ENCUENTROS.

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No puedo creer la manera en la que suceden las cosas, ayer estaba en prisión y hoy estoy frente a mi hermano. Muchos años soñado con éste momento, desde el momento en el que me condenaron y supe que no lo volvería a ver, mi mente quedó atrapada en el deseo de volverlo a ver. Y finalmente ese día llegó. Mis ojos ardían, al no poder derramar ni una sola lágrima frente a él, y él tampoco me mostró ni una señal de cariño.

—Bueno, los dejo solos. _Rompió la directora con  ese momento agonizante entre John y yo.

—Gracias! _Le digo. Desviando la mirada a ella, y nuevamente a él.

Aguardo un momento que al salir la directora cierre la puerta.

—Hola! _le digo un poco aliento, acercándome poco a poco y lentamente  él.

—Hola! _Responde él, de la misma manera. El silencio aguarda un momento en esa gran biblioteca.

—Haz leído Stephen King? _Me pregunta sorprendiendome enseguida.

—Sí, lo he leído, y dejame decirte que Edgar Allan Poe es mejor. _Le digo sonriente, inclinándome hacia él.

—Poe es más absurdo y ridículo que el resto. _Objeta a su favor. Ya me empiezo a encariñar con él. Me siento tan orgulloza de lo que es a su corta edad.

—Sí, es cierto. _Carcageo enseguida.

—Como estás? _Le tomo algo de confianza.

—Estoy encerrado, por si no te haz dado cuenta. _Qué astuto es.

—Yo también lo estuve. _Le cuento.

—Y crees que no lo sé. También sabía que vendrías, no sabía cuando, pero vendría... _En mi garganta se hizo un gigantesco nudo.

—...qué vendrías por mí. _Finaliza.

—Y a eso vine, te llevaré conmigo. _Le hago saber.

—¿Cuándo?

—No lo sé, pero te prometo que sólo sales de aquí, conmigo, junto a mi. _Le prometo.

—Pero ellos vendrán pronto. _Se queja, sobre la familia que quiere adoptarlo.

—Tú no te preocupes, yo ya tengo todo arreglado. _Le metí. Pues aún no tenía un plan contundente para sacarlo de ese lugar.

—Será pronto?

—Eso espero, saldrás de éste lugar, junto  mí pronto. _Le vuelvo a decir. Acaricié su mejilla, y el sostuvo su mano con la suya, la conexión de hermanos estaba intacta.

—Bueno, ya se pasaron los diez minutos que le prometí. _Entra la directora sin avisar.

Lo observo durante unos segundos más, y frente a mí, estaba todo por lo que tenía que luchar.

Salí de esa habitación, sin despedirme, ni nada, no era mujer de despedidas, sólo una promesa incompleta.

Llegamos a la dirección de nuevo, muy conmovida, inquieta, preocupada, por la adopción de John.

—Qué quiere a cambio de darme a John? _Le soy directa a ella, sin rodeos y al grano. Yo bailo de un lado para otro, de lo alterada que estaba.

—Qué me está insinuando? Señorita Adler? _Pregunta indignada._—Piensa que me puede comprar?

—Bueno, no era lo que precisamente quise decir, pero si hay posibilidad, lo quiero hacer. _Le digo, colocando una postura dura, segura y convincente.

—Yo no me vendo, señorita Adler, por lo menos no por minucias. _Me deja abierta la propuesta.

—Ponga usted el precio. _Le propongo.

CUANDO TE ALCANCE. (Chris Evans Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora