Y allí estaba yo, contándole a un desconocido mis problemas.
-Ya lo sabía. _Me dice de golpe dibujando una sonrisa en su rostro.
-¡Idiota! _Suspiré con enojo.
Del asiento trasero jaló mi bolsa de plástico color negra, entregándomela.-Linda foto. _Me dice refiriéndose a la foto que tenía guardada de Evans.
-Son mis cosas! _Le reclamé. _-No tenías derecho.
-Después de lo que por accidente de me dijiste en el parque... Tenia que hacerlo. _Se excusó.
Hubo un momento de silencio.
-No es que tenga nada en contra del actor del cual estas enamorada, pero creo que deberías buscar personas reales...
-Reales? _Carcajeó. _-No tengo tiempo para ese tipo de basura, no tengo tiempo para cosas sin alma.
Suspiró vencido y decidió arrancar el auto, su viejo auto.
-Necesito dormir, buscaremos un motel. _Añade al final.
Por todo el recorrido por mi mente solo pasaba aquel rostro, y la idea de nunca poder estar cerca.
Pasamos la noche en una habitación doble de un motel, no puedo comprender como alguien que apenas conozco se sentía tan confiado en mi presencia, cuando muchos salían huyendo.
Muy de temprano me desperté. Dejando aun a Deán en la habitación. Necesitaba ordenar mis sentimientos, mi vida, mis planes para terminar lo que un día empecé no importando si perdía mi libertad de nuevo.
Caminando y sin pensarlo, pase frente a una tienda de ropa de segunda puesta, mis ojos se perdieron en la imagen impregnada en una playera negra, «The Beatles».
-Cuanto por la playera? _Pregunté al vendedor.
-$30.00 dólares._Respondió.
-$20.00. _Negocie.
-Llevátela. _Me dijo sin protestar.
Enseguida, enfrente de él, me arrebate la que traía puesta y me coloqué la que tanto me había gustado.
Salí del lugar, y observé para todos los ángulos posibles, sin busca alguna.
¡Libertad¡ _Suspire. -Poder ir a cualquier lugar y no saber a donde.De pronto mi vista se topa con la silueta de una mujer, una mujer recostada en una pared, parecía entretenida en la lectura de algún periódico informativo. La observé detenidamente, a pesar de la distancia un poco grande que había entre nosotras logré identificarla, era la misma chica que estaba en el bar: La misma chamarra de cuero negro, la misma bufanda en su cuello, el cabello negro como mi alma y largo como mi pesar. Me pareció extraño, mas no importante.
Decido seguir caminando, comprando cigarrillos y consumiéndolos en la caminata,
La moda ante mis ojos me sigue ofendiéndome, qué bueno que me encerraran en prisión, eso me mantuvo lejos del cambio y no me volví una persona sin cerebro, como el resto del miedo.
«No me enorgullece mi extraña forma de ser, lamento que todos sean iguales ».
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CUANDO TE ALCANCE. (Chris Evans Y Tu)
RandomHa estado encerrada en prisión por años. Pero ahora ella ha salido. El odio y la sed de venganza la convirtieron en una mujer dura y fría, llena de maldad. Pronto alguien le ensañará que puede más el amor y el perdón. Luchará contra todo para conse...