Nunca voy reconocer que soy pésimo en el metegol, iba perdiendo 5 a 1.
―¡Toma, puta! ―gritó Axel eufórico.
Corrección íbamos 6 a 1.
―Mi lado esta oxidado―me justifique.
―Claro.
De un saltó caí en la cama. Axel hizo lo mismo cayendo a mi lado.
Prendí el televisor y nos pusimos a ver el clásico Boca y River, estaba a mitad del juego y iban empatando 1 a 1.
―Esa Nadia... ―comenzó Axel.
―Natalia ―lo corregí.
―Eso ―dijo sin darle importancia, llevé los ojos al cielo.
―¿Qué sucede con ella?
―¿Cómo es que se "vengara"?
No quería anticipar su humillación, quería reírse en el momento.
―Ya lo verás.
―No creo que sea tan malo.
Pasó su brazo por mis hombros y acaricio mi cabello. Era algo tipico de nosotros. Una costumbre un poco rara, habíamos ganado que nos preguntaran cosas como «¿Son gays?» «Harían bonita pareja» y los amigos más cercanos cada tanto nos llamaban «Nathel», una mezcla de nuestros nombres.
―¿Es qué no recuerdas como terminaba después de sus bromas, Axel?
Éramos mejores amigos desde la primaria, por lo tanto pasamos juntos cada etapa de nuestra vida.
―¿Funcionará si le pido disculpas? No quiero terminar en ridículo frente a todos, tengo una reputación que mantener.
―Lo tuviste que haber pensado antes.
―Una mina que esta re buena, pero tan vengativa y un tanto machona, es una pérdida ―se lamentó en voz alta.
Reí por el comentario.
―Es mía, no te le acerques ―advertí.
―¿No la vas a compartir? ―preguntó haciendo un puchero.
Con Axel habiamos compartido chicas desde la secundaria. Alex conquistaba a una y cuando se cansaba me la pasaba y viceversa. Nunca llegaban al título de novia por supuesto. Nunca tuvimos una novia, pero los dos moriamos por una chica. Axel por Mila Garton desde segundo de secundaria y yo por Nat, desde tiempos memorables.
―Es como Mila.
―Entonces es en serio que la quieres, ¿Le vas a decir algún día? ―preguntó curioso.
― No lo creo, ella es muy difícil. Y estoy seguro que no quiere salir ni a afuera conmigo a su lado. Con que me odie me conformo ―contesté.
―¿Te conformas? Amigo, estas mal, pelea por ella o te la robaran.
―Podría decir lo mismo, Axel ―contesté―. Por lo menos a mi Natalia me dirige la palabra.
―Callate, ya la voy a olvidar.
―Eso no es cierto, vienes diciendo eso desde tercero y no hay mejoras.
―Sabes que lo intento pero simplemente no la puedo olvidar.
―Lo se, se lo que se siente ―ya comenzaba a deprimirme.
―Hagamos una apuesta. Tienes tiempo de invitarla a salir en una semana. Si lo logras, haré lo que tu quieras y si pierdes me compraras los botines nuevos que vimos el otro día.
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Enemigo a la vista.
Historia Corta[TERMINADA]. Sus caminos se vuelven a cruzar después de tantos años. Y ellos se odian desde niños. Tendrán que convivir juntos. ¿El odio entre ellos crecerá o dejará paso a otra emosion? ¿Se volverán a declarar la guerra o convivirán en paz? *** No...