Tolerancia al alcohol [ReiSaru]

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Decir que el mundo daba vueltas podría ser exagerar; al fin y al cabo, un observador que se situase a su lado lo vería todo igual que siempre, sin giros ni ángulos extravagantes. Quizá su visión en aquellos momentos se asemejase más a la que tendría un astronauta del planeta desde el espacio. Vería como gira la Tierra y se marearía. A él le pasaba algo similar, aunque percibía una velocidad mayor que la que pudiera notar el amigo astronauta.

Saruhiko maldecía el momento en el que se había dejado convencer para salir a beber. Odiaba salir con compañeros pero Hidaka se había puesto tan pesado, incordiándole durante días para que saliese con ellos ese viernes, que no tuvo más remedio. Lo único que pudo hacer para que le dejase en paz fue aceptar. Con lo que por desgracia no contaba era con su mala resistencia al alcohol. En realidad, mala es quedarse corto. Pésima, penosa, deplorable, nula, inexistente, esos adjetivos la describen mejor. Y es que con un par de cervezas y un cubata -que ni siquiera era suyo, le dejaron probarlo- ya se estaba tambaleando. Aun sabiendo eso, un impulso le llevó a tomar más. No tenía ni idea de por qué seguía bebiendo, ni siquiera le agradaba el sabor a colonia que tenía el alcohol, pero lo hizo. Bebió hasta que apenas se mantuvo en pie, lo cual para una persona normal tampoco sería tanto.

Fue pura casualidad que se encontrasen a Munakata por la calle. El rey había salido a hacer unas compras nocturnas para reponer sus reservas de té y no le sorprendió ver al grupo pasándoselo bien. Lo que le sorprendió fue ver a un ebrio Fushimi con ellos.

-¿Lo habéis emborrachado? -preguntó, enarcando una ceja, al llegar a su altura.

-Se ha tomado el solito seis cervezas, y con eso ya está borracho -rió Andy.

-Tú te emborrachas con leche, no eres el más indicado para hablar -le reprendió Kamo.

Domyoji no llegó a contestar. Tambaleándose, Saruhiko se dejó caer sobre el pecho de Reisi. El menor llevaba en su rostro impresa una sonrisa muy atontada, y sus mejillas estaban rojas. Quizá por inercia o quizá para evitar que se cayese al suelo, el rey lo rodeó con sus brazos.

-¿Por qué no soy tu segundo al mando? -le preguntó de sopetón, hipando-. ¿Te gusta más la teniente porque tiene las tetas grandes?

-Fushimi-kun, estás muy ebrio -el chico solo rió, corroborando la teoría del monarca-. No puede haber bebido solo seis cervezas, nadie se emborracha tanto con eso. ¿Seguro que no ha tomado nada más mientras no mirabais?

-Después de la segunda cerveza empezamos a vigilarle.

-Pues podríais haberlo hecho mejor.

-Quizá sí fue una mala idea sacarle de fiesta... -suspiró Hidaka-. Capitán, siento pedirle esto pero... ¿puede llevarlo de vuelta a Scepter 4?

-Por supuesto, no pensaba dejarle aquí así.

-Gracias, nos salva la vida.

-No cantéis victoria, como mañana se acuerde de esto...

-Deberíamos ir cavando nuestras tumbas.

-¡Va a ser nuestra última noche, bebamos hasta desmayarnos!

-No Andy, tú eres menor, te conformas con un zumo.

-¡Ya soy mayor de edad! ¡Soy mayor que Fushimi-san!

-Me da igual, tú con tu zumito.

-Esto es tan injusto...

Reisi rió ante las discusiones de sus subordinados, antes de colocar una mano sobre la cabeza del menor y acariciar inconscientemente sus negros cabellos. Saruhiko alzó el sonrojado rostro para mirar a su rey. Había dejado se sonreír y lo miraba como si fuese la primera vez que lo viese.

Baile de Colores [K Project One-shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora