Una copa más [IzuSeri]

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En aquel bar, la tenue iluminación áurea le confería a sus cabellos el brillo del oro y a su copa el destello de un metal precioso hecho cristal. A sus ojos, ella misma era como una gema, tan hermosa y delicada. Poseía la dureza y la elegancia de los más resistentes diamantes y su sonrisa tenía luz propia. Ante ella, él sólo era capaz de sentirse eclipsado. Había contemplado miles de mujeres hermosas en su vida y en sus viajes por el mundo, pero desde luego ninguna se comparaba a Seri. Quizá fuese por su inquebrantable fuerza de voluntad, quizá por la frialdad tras la que escondía a una persona tierna y reservada. Quizá se debiese al amable brillo de sus ojos azules o a sus gustos extravagantes. Quizá a las miles de quejas que tenía sobre el trabajo y que le revelaban que la "mujer de hielo" no carecía realmente de alma ni corazón. Podría ser por mil cosas pero había una realidad que Izumo no podía negar. Se había enamorado de ella.

-¿Me pones una más? -pidió la mujer con una de sus más bellas sonrisas.

-¿No es muy tarde, Seri-chan? -realmente lo era. El bar ya se hallaba vacío y había pasado la medianoche. Ni siquiera Mikoto o Tatara se encontraban por allí y Anna debía de estar ya dormida-. Digo, por mí está bien pero quizá mañana tengas trabajo.

-Es mi día libre -aseguró ella mostrando una apariencia relajada. Él debió haberlo imaginado, siempre se pasaba por el bar en sus días libres o en la víspera de estos.

-No sé cómo se las van a arreglar sin ti -comentó Kusanagi mientras comenzaba a preparar un nuevo cóctel para aquella mujer que tan loco le volvía.

-Quizá Fushimi acabe asesinando a Domyoji.

-Ese chico viene bastante por aquí -Izumo recordó entonces al extrovertido muchacho que no parecía encajar en Scepter 4-. Chitose y los chicos le ofrecieron pasarse a HOMRA.

-Os lo regalamos. Seguro que Fushimi hasta os lo envuelve en papel de regalo.

-¿Tan malo es?

-Por ser es buen chico pero...

-¿Es difícil de tratar?

-Muy difícil.

-En ese caso, doble de judías. Invita la casa.

-Por alguna razón, siempre que vengo invita la casa. ¿Haces lo mismo con todas tus clientas bonitas? Porque a este ritmo vas a arruinarte

-Tranquila, Seri-chan, no hago esto siempre. Es más, con las bonitas no lo hago nunca, sólo con las que podrían poner a Afrodita en evidencia con su belleza -como todo un caballero, Kusanagi le sirvió su cóctel y le guiñó un ojo-. Lástima que sólo tenga una de esas.

Ante un piropo de tamañas proporciones, Awashima se sonrojó.

-No hay otro idiota como tú en el mundo, Kusanagi Izumo.

-¿Por lo de apuesto y galán?

-Por lo de promiscuo y desvergonzado.

-Oh, encima que invito yo -Izumo se hizo el ofendido-. ¿Y si te hago pagar?

-Estaba dispuesta a que me cobrases desde un primer momento.

-No pillas ni una broma, Seri-chan -suspiró el barman-. Te lo dije antes. Invita la casa.

-Algo pagaré.

-¿Qué? Pero si no es... -tarde para Izumo. Antes de que pudiese darse cuenta, los labios de aquella mujer a la que casi idolatraba estaban posados sobre su mejilla. El mero roce de estos le hizo callar y le cortó la respiración-, necesario...

-Quizá, pero quería hacerlo -el rojo en sus mejillas se redujo a un suave y favorecedor rubor con el que se tomó en silencio su bebida. Sonriendo, Seri se puso en pie tras acabarse el cóctel-. ¿Te importa si me paso por aquí mañana otra vez?

-Me parecería maravilloso -también con una sonrisa, Kusanagi recuperó sus aires de Don Juan-. Y, si quieres, puedes pagarme todas las consumiciones de esta manera.

-Idiota -ella suspiró mientras se marchaba-. Nos vemos, Izumo.

-Hasta mañana, Seri-chan.

Feliz de alguna manera, sintiendo esa alegría irracional de los adolescentes enamorados, el barman se dejó caer sobre la barra.

Quizá al día siguiente pudiese robarle un beso en los labios.

Baile de Colores [K Project One-shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora