Sobre tus hombros ["ReiSaru"]

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Varios meses habían pasado desde la destrucción de los Slates y desde que los poderes desaparecieron. Scepter 4 había mantenido el orden admirablemente bien desde entonces, resultando un ejemplo a seguir. Juntos y mirando con orgullo al frente, los azules habían demostrado que existía algo más. Las convicciones de Munakata eran firmes, todavía les quedaba mucho camino por recorrer.

Era verano. La mayoría de miembros del clan estaban disfrutando de sus tan ansiadas vacaciones. Posiblemente en todo el edificio principal solo quedasen dos personas que por X o Y razones no se habían marchado. En el caso del capitán, aún tenía mucho trabajo que hacer, aún le quedaban muchos desperfectos que arreglar y gestiones tediosas por realizar. En el caso de Fushimi, sin embargo, la cosa era algo diferente. Él estaba en sus vacaciones, sí, pero había decidido quedarse en la residencia. Cuando fue a pedirle permiso, Munakata le preguntó por qué. Su subordinado entonces se limitó a retirar la mirada para luego alegar en un susurro amargo que realmente no tenía otro lugar al que ir. Y después se marchó, chasqueando la lengua. El rey no tuvo ningún problema en permitírselo para luego, antes de retomar su puzzle, analizar las similitudes entre el menor y un cachorro de gato abandonado bajo la lluvia, pidiendo ser acogido por alguien. Solamente durante unos segundos se le antojó tan adorable que pensó que le rompería el corazón.

Habiendo decidido tomarse un pequeño descanso, Reisi se acercó a la biblioteca. Quería leer algo y despejarse, aunque sólo fuese durante media hora, antes de volver al cargante trabajo. Además, la biblioteca era una de las dos únicas habitaciones con aire acondicionado de todo Scepter 4. Vistas las condiciones, encontrarse en ese lugar con Saruhiko no habría supuesto ninguna sorpresa, de habérselo topado despierto.

Sobre una de las mesas de lectura, con la cabeza apoyada encima de las páginas de una revista de informática, Fushimi dormía. Su respiración estaba perfectamente normalizada y sus ojos cerrados. Sin las gafas y con el flequillo cayéndole en mechones despeinados, parecía un niño. Era, sino la primera, una de las primeras veces que Munakata le observaba tan tranquilo y pacífico. Ya que solía internamente comparar al menor con el gatito anteriormente mentado, creía que tras rescatarlo se había vuelto arisco en extremo, desconfiando de todos por haber sido dado de lado, cruelmente dejado atrás. Era ese tipo de gato al que debes acercarte muy poco a poco para que no arranque un ojo de un zarpazo. Y siempre reparaba en la obvia desconfianza de sus orbes grises, pero nunca era capaz de determinar con exactitud la causa. Por mucho que su paciencia al tratar de aproximarse a él fuese infinita, más de una vez daba por vanos sus esfuerzos. Verle así, durmiendo con esa expresión, fue como una recompensa para el rey. Y no tardó ni un segundo en acercarse a él. Suavemente, intentando no importunarlo, movió su hombro.

-Fushimi-kun -susurró, tan bajito que más que tratar de despertarlo parecía querer lo contrario-. Despierta, este no es un buen lugar para dormir.

-Hm...

En respuesta, Saruhiko hizo un ruidito que al ex rey se le antojó encantador. Era uno de esos sonidos que uno hace cuando está dormido y no tiene ganas de despertarse. O cuando está despierto pero no es capaz de construir una frase con sentido. El caso de Fushimi era el primero; no tenía ninguna intención de abrir los ojos y dejar el mundo onírico.

-Fushimi-kun -simplemente murmuró su nombre. Antes de se que diese cuenta las yemas de sus dedos rozaban la translúcida piel del rostro del menor. Era tan pálida que en su cuello distinguía un complejo entramado de venas azules. Si fuese un vampiro, estaría deseando morderle-. No puedo dejar que duermas aquí.

Con la mirada, Reisi recorrió la sala. Sus ojos malva se fijaron en un sofá, cercano a las estanterías. El cuidado que demostró a la hora se tomar a su tercero al mando en brazos, la delicadeza que hizo posible que su sueño no se turbase, se la habían proporcionado todos aquellos puzzles que tanto le gustaban. En cuanto Saruhiko se encontró en los brazos del mayor, una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro. Estando aún inmerso en la comodidad de su siesta, el chico se acurrucó contra el pecho de Munakata. Parecía encontrarlo especialmente cómodo ya que de sus labios entreabiertos y tentadores salió un ruidito complacido. Ante este acto, el que una vez fue monarca sonrió ampliamente.

Con la misma cautela que antes, Reisi depositó a su subordinado sobre el sofá. Nada más encontrarse encima de la mullida superficie, Saruhiko se giró hacia un lateral y dobló las rodillas. Era una postura propia de un niño pequeño, y Munakata no pudo evitar contener una risita.

-Eres más adorable de lo que creía -susurró, acariciando sus negros cabellos.

-Capitán...

Ese susurro somnoliento no hizo más que calentar el corazón de Munakata. Guiado solo por el impulso, posó los labios en la frente de su tercero al mando. El super-yo al que Freud culpa de la represión del hombre evitó que besase sus labios también. Después de besarle, se incorporó para quitarse el abrigo y taparle con este.

-Vendré dentro de un rato, Fushimi-kun.

Era fue su promesa, una especie de despedida. Le dejó durmiendo plácidamente, mientras se marchaba con una sonrisa en el rostro.

Este no es el último one-shot que tengo, todavía me quedan dos, pero debo hacer un pequeño y especial anuncio. Mañana, treinta de octubre comienza la tan ansiada y esperada (al menos por mí) ReiSaru Week de Tumblr. No en mi cuenta pero sí en la cuenta conjunta que tengo con mi onee-chan Cinderella, PruSwisEC, comenzaremos una historia especial para la ocasión, un conjunto de siete one-shots para conmemorar la semana de una de nuestras OTPs. Mañana colgaré el link en mi tablón en mi cuenta y también veréis dicha historia en la lista de lectura PruSwisEC. Espero que la disfrutéis y que sigáis con nosotras esta semana.

Ekaterina Kurae

Baile de Colores [K Project One-shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora