Capítulo 18.

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Ellos son Alan, Freddy y... 

William. ― El chico interrumpió a Alonso. 

Me quedé totalmente estupefacta, anonadada, asombrada, pasmada, atónita... En pocas palabras estaba en shock. 

Uno; Estaba frente a mi banda favorita. 

Dos; Conocerlos antes de ser parte de CD9 es algo que jamás imagine que le pasara a alguien como yo.

 Tres; Bueno, en realidad no hay una razón tres. 

Mi mirada viajó hacia William quien aún me veía de una manera... ¿Extraña? No sabría cómo describirla, pero lo que si sabía era que me hacía sentir muy incómoda. 

¿Y tú eres...?― El moreno se dirigió hacia mí. 

Moví la cabeza levemente tratando de concentrarme y alejar mis pensamientos por un momento. 

Melissa, un gusto chicos. ― Sonreí como saludo. 

Los cinco me devolvieron el gesto. Tomé asiento en la única silla que estaba vacía, en medio de Jos y... William.

 Supongo que esto sería bastante incómodo. 

¿Así que una chica en la banda? Muy bien, eso me gusta. ― Dijo William mostrándome su blanca y brillosa sonrisa. 

Si, eso es asombroso. ― Jos murmuró. 

Bueno ahora que ya estamos todos los integrantes aquí, tenemos que ver donde podemos reunirnos para ensayar, y en primer lugar tenemos que ver que es lo que cantaremos... 

¿No tenemos que escoger un nombre para la banda antes de todo esto? ― Alan preguntó. 

Si, supongo que sí. ― Alonso respondió con una sonrisa. 

Hubo silencio por unos minutos, todos parecían estar pensando en el nombre de la banda, aunque claramente yo sabía cuál sería. 

¡Ya se! ― Gritó Freddy. Todos lo miramos atentos esperando a que él hablara. Después de unos segundos de estar esperando respuesta alguna Alonso rompió el silencio. 

¿Y? ¿Cuál es tu idea? ― 

― La verdad no he pensado en nada, solo esperaba que me interrumpieran antes de que diga alguna estupidez.

¡Freddy! ― Alan lo regañó, él en cambio solo rió de forma divertida. 

Lo siento no puedo pensar con claridad cuando tengo hambre. ― El castaño se encogió de hombros. 

Todos reímos por lo que Freddy había mencionado, nunca cambiaría. 

Bueno mientras decidimos un nombre para la banda pensemos en algún lugar donde reunirnos, ¿Tienen alguna idea? ― Alonso nos preguntó. 

Pues, en mi casa hay mucho espacio, tengo un piano y una guitarra, supongo que podríamos ensayar ahí. ― Jos respondió. 

Me parece genial. Entonces, ¿Les parece? ― 

 Sí. ― Respondimos al unísono. 

Nuestra "reunión de banda" terminó media hora después. Nos habíamos puesto de acuerdo para juntarnos en casa de Jos cada jueves y viernes justo después de clase y así poder ensayar un poco, o bueno al menos intentarlo. Los cinco intercambiamos números para comunicarnos. 

Es obvio que no me quedaría en la banda, sería un completo caos, comenzando con que no se cantar, ni tocar un instrumento (aún). Además no puedo hablar en público, me da pánico, mucho menos cantar. Y si me quedo podría cambiar algo, no lo sé tal vez me pongan a mí en lugar de Bryan cuando William se vaya, eso sería terrible. 

No, definitivamente no me quedaré. Buscaré algún pretexto o algo para salirme en cuanto pueda. No creo que si me quedo unas semanas más eso cambie algo, ¿No? 

Esperemos que no. 

Me despedí de los cuatro, y cuando digo cuatro me refiero a Alonso, Freddy, Alan y William. No me despedí de Jos porque él se ofreció a acompañarme hasta mi casa, así que me despediría de él más tarde. 

Traté de caminar despacio cuando nos dirigíamos a mi casa pues quería estar más tiempo al lado de Jos. Los dos estábamos callados, él miraba hacia abajo, viendo sus pies y yo pues estaba como boba observándolo. 

Su mirada se posó en mí por un momento, desvié la mirada hacia el suelo para ocultar lo rojo que se habían puesto mis mejillas. 

Después de unos minutos de la caminata silenciosa yacíamos en la puerta de mi querido hogar, el auto de mamá estaba afuera por lo que deduje que ya había regresado de trabajar. Un auto azul estaba estacionado justo enfrente, que raro, los vecinos se habían ido de viaje y ellos no tenían un auto azul como ese. Decidí restarle importancia, tal vez ellos habían cambiado de coche o algo. 

Gracias por acompañarme Jos. ― 

 No hay de que linda. ― Sonrió. 

Jos se acercó a mí y planto un beso en mi mejilla. 

Mi corazón dio un vuelco. ¿Me dijo linda? 

Acomodé un mechón detrás de mi oreja y lo miré a los ojos. 

Nos vemos luego.

Busque en la bolsa de mi pantalón mis llaves y abrí la puerta. Antes de entrar di un último vistazo a fuera viendo como Jos se marchaba. Cerré la puerta detrás de mí y dejé las llaves donde siempre las guardaba. 

La sala estaba vacía, se escuchaban unos ruidos provenientes de la cocina. 

¿Mamá? ― 

Caminé hacia la cocina, escuché la voz de mi madre y la de alguien más. 

¿Mamá? Ya llegue... ― 

Me detuve al entrar, mis ojos se agrandaron por la sorpresa. 

No es posible. 

Papá... ― Susurré. 

El hombre me miró con una pequeña sonrisa en su rostro. Su cabello estaba cubierto por algunas canas pero aun así era igual a como lo recordaba. 

Mi padre tenía un trabajo difícil, trabajaba día y noche, y como les mencioné en un principio, no lo veía siempre. Él se había ido a trabajar, no lo veía desde antes de pedir ese deseo, hace unos meses. Ya estaba acostumbrada a casi no verlo, mi madre se comportaba como un padre cuando mi hermano y yo lo necesitábamos. No esperaba verlo aquí tan pronto. 

Corrí como cual niña pequeña. Lo extrañaba demasiado, todo lo que quería era abrazarlo y así fue. 

Te extrañé mucho. ― Susurré. 

Yo también pequeña. ― Me abrazó. 

Giré a ver a mi madre con una sonrisa, pero no recibí una a cambio. 

Melissa, tenemos que hablar. ― Mi padre dijo. 

Supuse que era algo grave por la manera en que me hablo, un escalofrío recorrió mi cuerpo al pensar que algo malo había ocurrido. 

¿A caso hice algo mal? Las dudas me mataban así que preferí hablar y dejar mis pensamientos para después. 

¿Sucede algo? ― Pregunté mirándolos a ambos. 

Los dos se miraron entre sí, sin decir nada. 

Me están preocupando, díganme qué pasa. ― Insistí. 

Antes quiero que te relajes y te sientes. ― Él arrimó una de las sillas que estaban ahí para que me sentara. 

¿Entonces? ¿Qué ocurre?― 

 Bueno, tu madre y yo... decidimos separarnos. ― Espetó. Tragué saliva.

¿Qué?

(EN EDICIÓN) Un Deseo » J.C.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora