Después del almuerzo iniciamos con la clase de guitarra, que ahora solo era un repaso de todo lo que ya había aprendido. Me senté a su lado y comencé a tocar mientras él me observaba. Traté de ignorar su mirada y no voltear para encontrarme con sus hermosos ojos color miel y estuve así hasta que la clase terminó.
No es que no quisiera verlos, ni que no me gustaran, en realidad amo sus ojos, pero me he distraído lo suficiente con ellos y necesito practicar porque la verdad soy pésima tocando la guitarra.
Mi celular vibró recibiendo un mensaje.
Decidí no verlo porque de seguro era mi madre preguntándose donde estaba porque era tarde.
Me despedí de Jos con un besó en la mejilla para luego retirarme.
Él se ofreció a acompañarme pero me negué debido a que si él me acompañaba llegaría más tarde a mi casa y de seguro recibiré un castigo o un regaño por parte de mi madre. Además tenía que hacer un ensayo para mañana, además de los ejercicios que mi profesor de matemáticas me había dejado y no quería pasar la noche entera haciendo tarea.
Comencé a caminar con paso apresurado, él cielo se comenzó a nublar y supuse que caería un aguacero. Minutos después la lluvia se hizo presente, justo como lo predije. Ahora me arrepiento de no traer un paraguas en mi mochila.
La lluvia se volvía más intensa conforme avanzaba, me detuve para buscar un lugar donde ocultarme hasta que la lluvia parara. Vi a lo lejos el kiosco del parque que está cerca de mi casa y me dispuse a caminar hasta ahí.
Mi cabello estaba empapado al igual que mi mochila.
¡Mis libros!
Abrí mi mochila para ver que mis sospechas eran ciertas, mis libros también se habían mojado. Pero eso no era lo peor, mi celular también estaba en mi mochila.
Tiré mis cosas al suelo buscando entré ellas mi teléfono. Por suerte, mi teléfono estaba intacto, lo había hallado entre mi libro de química. Le agradecía a Dios porque mi libro de química sea tan grueso y no se halla mojado todo por completo.
Acomodé mis cosas de nuevo y me senté mientras observaba a la lluvia caer sobre mis pies.
Escuché pasos de alguien corriendo bajo la lluvia, pisando los charcos de agua que la lluvia había dejado.
Un chico había llegado al kiosco, supongo que igual intentaba ocultarse de la lluvia. Sacudió su cabello mojado y quitó su abrigo.
Al menos tendré algo de compañía mientras la lluvia pasa.
El chico caminó hacia mí.
― Vaya, que sorpresa, no pensé encontrarte aquí. ―
Fruncí el ceño. ¿Me estaba hablando a mí?
Volteé a ver si no había nadie más en el parque, pero solo éramos nosotros dos.
― Creo que no me recuerdas, ¿Cierto? ―
Entrecerré los ojos tratando de recordar su rostro, pero simplemente no lo recordaba.
Bailé la cabeza hacia los lados en forma de negación.
― Soy William, Alonso nos presentó en la heladería la otra vez ¿Recuerdas? ― Asentí.
Claro que lo recordaba, digo ¿Cómo no lo reconocí?
Debo estar demasiado distraída para no darme cuenta de que era William Valdés.
― Oh, hola William, creo que tuvimos la misma idea en venir a refugiarnos aquí.― Él sonrió mostrando los dientes, debo admitir que tiene una linda sonrisa.
― Creo que tuve suerte, no cualquiera tiene la dicha de encontrarse a una bella dama sola.―
― Gracias. ― Susurré sintiendo el calor subir a mis mejillas. Él sonrió.
― ¿Te importaría si me siento contigo mientras la lluvia pasa? ― Sonreí devuelta y me hice a un lado para que se sentara.
Él se sentó juntando las piernas a su pecho y rodeando sus rodillas con sus manos.
― El clima aquí en México es raro, no imaginé que lloviera, digo ¡Hace unas horas hacía demasiado calor y ahora cae un aguacero! ― Exclamó con diversión. ― En mi país el clima es diferente, pero debo admitir que me encanta el clima de aquí, por más loco que sea. ― Reímos.
En un par de minutos la lluvia se esfumó, dejando en el cielo un hermoso arcoíris.
Me despedí de William y me marché a casa.
Tan pronto como llegue subí corriendo escaleras arriba, un gran ensayo y un montón de ejercicios de matemáticas me esperaban.
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(EN EDICIÓN) Un Deseo » J.C.
Fanfic― ¿De qué habla? ― Reí. ― El collar te puede conceder lo que quieras, cualquier deseo ― Explicó. Repito, ¿Acaso está loco? ― Sí, claro ― Rodé los ojos. Todos quisiéramos tener la oportunidad de cumplir un deseo, ¿Tu qué pedirías? • Novela adaptada...