Capítulo 30.

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Las horas pasaron y las clases ya habían dado fin, era hora de volver a casa. 

Camine sin ganas y un poco deprimida por el examen de hoy, ya se imaginarán como me habrá ido. 

Es el último parcial y no puedo reprobar, pero eso me pasa por no repasar. 

Mi vista se dirigió al frente y lo primero que vi fue a Jos, sonreí inconscientemente. 

Luego, mi vista se situó a su costado, había una chica bastante familiar a su lado, mi sonrisa se borró de mi cara convirtiéndose en una mueca de disgusto. 

Mi prima Karime estaba a su lado, y no me molestaba el hecho de que estuvieran juntos, para nada. Me molestaba el hecho de como lo miraba ella a él. 

Me acerque a ellos tratando de mostrar la mejor de mis sonrisas. 

¡Melissa! —Chillo Karime al verme. 

Hola Kari. — La salude sin ganas. 

Hola Melissa — Me saludo Jos con un beso en la mejilla. 

Mi tía me pidió que venga por ti, y estando aquí conocí a José, tu mamá me mencionó que eran amigos. — Sonrió y se sostuvo fuere del brazo de Jos. 

Tenía unas inmensas ganas de apartarla de Jos, ya me estaba rayando la manera en como lo trataba. Me tranquilicé y voltee a ver a Jos, lucía nervioso así que trate de aligerar la tensión. 

Bueno, creo que es momento de ir a casa, vamos Kari.— Aproveche el momento y la jalé del brazo para separarla de él. 

Espera Meli, tengo una idea. —Frene mis pasos para verla. 

¿Cuál? — Cuestione. 

¡Vayamos por helados!—Y antes de que pudiera excusarme, mi adorada prima nos jalo a Jos y a mi hacia la heladería más cercana. 

¡Genial! 

Entramos y el lugar estaba casi vacío, por lo teníamos la oportunidad de escoger mesa. 

Caminamos hacia una mesa para cuatro personas, y cuando estaba apunto de sentarme, mi prima me empujo levemente para que ella ocupase mi lugar, juntó a Jos. No me quedo de otra que sentarme frente a ellos dos. 

Meli, ¿Por qué no vas tu a pedir la orden? —Karime sugirió.
Y juro que quería matarla, me estaba hartando. Es mi prima y la quiero, siempre me he llevado bien con ella pero ahora se está pasando. ¿A caso podía ser más molesta? 

Me puse de pie dispuesta a ir hacia el mostrador. 

No Melissa, tu siéntate, yo iré por los helados. — Jos se ofreció. Me senté de nuevo. — ¿De qué quieren su helado?—

De chocolate. — Respondí. 

¿Y tu Karime?

De lo que tu pidas. —Le sonrió coquetamente. 

Bien Melissa, tranquilízate. 

Jos caminó hacia el mostrador y me quede sola con mi prima. 

¿No te parece guapo? —Mi prima dijo llamando mi atención. 

—¿Quien? —Fingí no saber, aunque era obvio que se estaba refiriendo a Jos, pues lo veía embobada. 

Alonso. — Suspiro. 

Ah, pues... 

Me gusta. — Sonrió posando una mano sobre su mejilla mientras veía a Jos. 

Mi sangre comenzó a hervir de repente. 

¿Qué? —Solté con enfado. Se encogió de hombros. 

Me gusta, es muy guapo y sobre todo buena onda, no veo por que no pueda estar con el, además está soltero, ¿No es así?

No. no, no y no. Ya está apartado. 

Tome un largo respiró tratando de controlarme. 

¿Pero que me pasa? Las ganas de golpearla aún siguen presentes, no lo entiendo, ¿Qué sucede conmigo? 

Jos volvió con tres conos de helados. Agradecí al cielo que haya vuelto antes de arrancarle los ojos a mi prima. Me entrego mi helado de chocolate y le dio el suyo a Karime. 

Karime se la paso coqueteando con Jos, ambos reina y platicaban mientras que yo comía de mi helado. 

Las ganas de tirárselo a la cara estaban presentes aún, pero no lo haría, me vería como una loca frente a Jos. 

Cuando dieron las 4:00pm nos encaminamos hasta nuestra casa, bueno hacia MI casa. 

Estaba juntó a Jos mientras le contaba lo sucedido en la escuela está mañana, hasta que Karime me empujo dejándome atrás. 

Bufe molesta y seguí caminando. 

Iban tan juntitos que me daba asco, si no me apresuraba vomitaría el helado y los panqués de la mañana. 

Cuando por fin llegamos a mi casa, me despedí de Jos y luego mi prima lo hizo. 

Casi me caigo cuando la vi acercándose a darle un beso a Jos en la mejilla. 

Ah no, eso no. 

La jale con rapidez antes de que sus sucios labios pudieran tocar la hermosa mejilla de José. 

Le sonreí a este y continúe jalando a mi prima hacia dentro de la casa. 

Parece una garrapata pegada a Jos, ugh. 

Hey, ¿Por qué hiciste eso? No me dejaste despedirme de él. — Hizo un puchero. 

Maldita perra. 

Estaba apunto de responderle con una excusa pero me interrumpió. 

No estarás celosa ¿verdad?—Sentí mi cuerpo temblar. 

¿Yo? ¿Celosa? Pff, por favor.— 

No estaba celosa, sólo enfadada. 

Karime me vio como tratando de decidiera sí mentía o no pero a cambio sólo se encogió de hombros. Mi madre a pareció y nos saludó a ambas. 

Hola chicas, ¿cómo les fue?

Pff, ni te imaginas tía, de maravilla. — Suspiró. — Cuando me dijiste que Melissa tenía un amigo, no imagine que fuera tan guapo. — Dijo abanicándose dramáticamente. 

Mi madre instantáneamente volteo a verme esperando ver mi reacción. 

Yo solo rodé los ojos y subí hacia mi habitación. 

¡Meli! ¡Espera! — Chillo mi prima mientras me alcanzaba. 

¿Sí? — Voltee a verla. 

Ella camino hacia mi cama y se tiró en ella suspirando. 

Cuéntame todo sobre Jos.—Ugh estos días serán un castigo. 

¿Por qué quieres que te cuente sobre él?

Porque quiero conocerlo. — Dijo obvia. 

¿Y no sería mejor si se lo preguntarás personalmente?—Se quedo pensando un momento y luego me sonrió. 

Tienes razón, además es una buena excusa para pasar tiempo con él, gracias Meli, eres la mejor. —Chillo mientras corría a abrazarme. 

Genial Melissa, que brillante idea le has dado, estúpida. 

Se separó de mi y camine hacia mi armario, busque una prenda cómoda y me bañé. 

Me esperan unos muy largos días.   

(EN EDICIÓN) Un Deseo » J.C.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora