Capítulo 4.1: Nunca es demasiada tarde

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Se coloco su abrigo color crema para acomodar su cabello oscuro de nuevo, no se sentía nerviosa por si misma, su madre y su hermana se habían encargado de ponerla nerviosa. Le habían convencido de usar un vestido más no de usar zapatos muy altos, llevaría unos de tacón corrido. Le había regañado por el maquillaje pero esas eran discusiones que tanto Andrea como Marie tenían muy seguido con Eloise, pues sus hijas usaban muy poco de esa arma femenina pero había algo que le gustaba a Andrea de ello, era el delineador, el rimel y el labial rojo matte. Steve, no tardaría en llegar pero no quería bajar antes de que él llegara porque sabia que sus padres y su hermana la molestarían sin parar. Solo iría al cine con Steve, realmente el le daba confianza, quitando a un lado que era sumamente apuesto, con esos ojos azules que tenían en ellos tantas historias y en el fondo sufrimiento, lo había percibido pero no quería hablar con él algo que no quisiera contarle. Escucho murmullos en un tono de voz más alto.

- ¡Andrea! ¡Ya llego Steve! - Se escucho el grito de la voz de Marie

- ¡Ya voy! - grito en respuesta acomodándose su vestido azul y su abrigo para tomar su pequeño bolso, bajo las escaleras y fue hacia la sala donde mas se escuchaba el ruido - Ya estoy aquí

Todos alzaron la mirada, Eloise sonrió al ver a su hija que le había hecho caso de usar un poco de maquillaje, William no podía creer aun que su hija era toda una mujer. Steve, Steve se detuvo a mirarla, no se había detenido a ver a Andrea en las veces anteriores, ella realmente era bonita, era hermosa, de un cabello oscuro que caía abajo de sus hombros, su piel blanca que lucia tanto en ese vestido azul, sus ojos mieles, su nariz respingona, sus cejas gruesas, sus labios delineados y gruesos, esa manera bonita en que fruncía el ceño como en ese momento, Andrea se parecía mucho en la manera en que Peggy lo miraba, así lo hacia ella también fue entonces que reacciono que la estaba viendo demasiado y mas de lo que había hecho antes, desvió la mirada viendo la enorme sonrisa en Eloise Mountbatten que se había dado cuenta cuando su esposo, William carraspeo y Marie su hija menor reía.

- Hola Steve - sonrió levemente Andrea dejando de fruncir el ceño

- Hola Andrea - respondió poniéndose de pie y girándose para dirigirse a los Mountbatten - Cuidare de ella

- No tenemos duda de eso, Steve - dijo William restandole importancia

- Diviértanse - se puso de pie Eloise para acompañarlos a la puerta

- Gracias Mamá - respondió Andrea - ya sabemos llegar a la puerta, Gracias

- Si, lo se pero yo solo quiero acompañarlos

- Eloise - le llamo William y ella rodó los ojos

- Esta bien - volvió a sonreír a ellos - No los esperaremos para cenar

Solo atinaron a asentir para salir de la casa, Andrea noto que estaba haciendo más frió que el día anterior en New York, así que cerro su abrigo aun sin hablar con Steve, no se sentía incomoda sino que sabia que tanto su madre como hermana estarían en las ventanas para ver hasta donde pudieran el como se iban, suspiro cuando sabia que ya no podían ser vistos en su caminar hasta el centro de la ciudad.

- Lo lamento de nuevo por mi madre - dijo Andrea rompiendo el silencio - No salgo muy seguido

- Yo tampoco - sonrió Steve de lado, Andrea mordió su labio inferior pues nunca se había detenido a ver esa hermosa sonrisa de lado de Steve - Solo que mi madre no esta como para que me disculpe

- No lo creo - dijo la chica mientras caminaban por las calles de New York - Bueno, es que, no lo tomes de mala manera pero, Steve, tu eres muy guapo no creo que no salgas muy seguido. Debes de tener chicas haciendo fila por ti, debes de tener varias citas la mayoría del tiempo, nadie debe negarse a ti. 

Wherever you will go. (Donde quiera que vayas). Capitán América.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora