Estudio

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Selena se encontraba sentada en el sofá de la sala mientras que entrelazaba los dedos de sus manos con nerviosismo "¿estaría allí? ¿La dejaría plantada y no la ayudaría?" Mientras que no podía sacar estas preguntas de su cabeza, su corazón se aceleraba cada vez más hasta llegar el punto que pensaba que saldría de su pecho disparado. El tick tack del reloj producía incluso un tic en su ojo derecho, lo observó, las doce y media de la noche.

―¡Oh, vamos, Selena! Sólo tienes que ir y decirle "Hola, verás, en clase me han mandado hacer un estudio de una persona y me pareces lo suficientemente interesante como para estudiarte a ti" ¡Tampoco era tan complicado! ―dijo en voz alta. Pero entonces sus ojos oscuros aparecieron en su mente e hicieron que se encogiese aún más en el sofá como si se escondiese de alguien.

Veinte minutos después se encontraba en la puerta de aquel lugar donde lo vio rapear la última vez ¿qué posibilidad había de que volviese a aquel lugar? Bueno, ¿qué posibilidad había de que no la sacara de una patada? Tampoco es como si se hubiese comportado precisamente simpático con ella y podría asegurar que estaba como una chota o tal vez sufría un trastorno violento. Pero entonces, volvía a recordar la forma en la que miraba a sus amigos, como intentaba aguantar una sonrisa en ocasiones cuando ella perdía los papeles y la forma en la que se sonrojó al despedirlo... ¡Basta! ¿Qué tal estudiarse a sí misma? Podría ser un sobresaliente asegurado, aunque posiblemente sería incluso más difícil de llegar a una conclusión coherente.

Entró en aquel oscuro y, por qué no decirlo, maloliente lugar. Sus piernas temblaban, como si estuvieran hechas de gelatina mientras que se gritaba interiormente que era una estúpida, no era como si se la fuese a comer ¿cierto?

Y entonces pudo verlo, su pelo moreno ahora se encontraba más corto que la semana anterior con el flequillo ligeramente hacia arriba y, cuando quiso darse cuenta, Selena había perdido la cuenta del tiempo que llevaba sin respirar, observándolo sin más desde la otra punta de la sala. No podía siquiera parpadear, aquel chico la afectaba de forma abrumadora mientras que ella se excusaba diciendo que se acercaba a él con la excusa de un trabajo para la universidad, pero iba más allá, necesitaba conocerlo no por el bien de sus estudios, sino para su propio bien. Quizás, y sólo quizás, en el momento en el que lo conociese se acabaría esa curiosidad y con ello, las ganas que la carcomían para que no se alejara siquiera un instante.

Entonces, ese tal Coups de la semana pasada, dio un "disimulado" golpe en el costado derecho de Wonwoo avisando de la presencia de la chica que sólo lo observaba sin apartar la mirada de él. Y ese fue el momento en el que el moreno la vio, haciendo que su corazón se detuviese y que se encogiese hasta desaparecer, definitivamente acabaría con problemas cardíacos por su culpa.

Las manos de Wonwoo sudaban y se sentía tan nervioso bajo la penetrable mirada de aquella chica que quería esconderse bajo tierra ¿de dónde había salido? Y la estúpida idea de que había ido a verlo a él hizo que sus mejillas se tiñesen de un estúpido color rojo, esto comenzaba a tornarse preocupante, ya era la segunda vez que le ocurría.

―Bueno, bueno, pero si nuestro querido matón se ha puesto rojo porque su chica vino a verlo. –Se carcajeó Hoshi. Todos comenzaron a hacer ruidos haciendo que se avergonzase aún más si cabe mientras que miraba el suelo concentrándose en que su cuerpo dejase de reaccionar por una extraña, aunque sin conseguir resultado, ¿qué pensaría ella de él si ve que los animales de sus amigos coreaban la situación como niños de parvulario? Entonces, al levantar la mirada e intentar buscarla, ella había desaparecido.

Claro, Selena había huido despavorida hacia los baños cuando él la vio allí parada observándolo, como una total loca. Ella iba a salir de allí como un cohete y volvería a casa, no debería saber siquiera que fue allí, estudiaría la aburrida vida de su abuela y punto. En realidad, un siete en la asignatura estaba más que bien; sin embargo, Selena sabía en lo más hondo que aquello era una porquería, no por la nota, sino porque no podría saber qué escondían aquellos preciosos y misteriosos ojos.

Salió con la mirada gacha del baño para evitar al máximo que la reconociese después de haberse echado agua fría por sus brazos intentando bajar la temperatura de su cuerpo cuando su rostro chocó contra un duro pecho haciendo que soltase un "¡perdón!" casi inaudible incluso antes de levantar sus verdosos ojos hacia aquella persona. Cuando lo vio pasó por todos los colores del arcoíris mientras que él la observaba en silencio. Ella no dijo una palabra más y, cuando creyó haber salido del shock, simplemente pegó su cuerpo a la pared para poder salir de aquel lugar rápidamente, ¿qué posibilidad había de que un chico como él la recordase?

Dio dos pasos, mientras que agradecía en su interior que tal vez había pasado por desapercibida y se había ahorrado hacer el ridículo frente a él. Entonces, unos dedos rodearon su muñeca con decisión y una respiración chocaba contra su oreja derecha.

―¿A qué viniste? ―susurró con voz grave y parsimoniosa haciendo que el vello de Selena se pusiese de punta incluso antes de que completase la pregunta.

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